Diario de León

Arranca la Ebau en León con las dudas sobre cómo será la del próximo curso

El ministerio decide paralizar la tramitación del nuevo modelo por el adelanto de las elecciones

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El miércoles arranca la Ebau para los alumnos de segundo de Bachillerto, que se enfrentarán a tres días de exámenes, después de que esta semana el Ministerio de Educación decidió paralizar la aprobación del futuro real decreto de la nueva Ebau, la antigua selectividad, al argumentar que es más razonable dejarlo en manos del Gobierno que salga de las urnas del 23 de julio.

Aunque la tramitación del borrador de la norma se concluirá con su envío al Consejo de Estado, no se enviará al Consejo de Ministros, previsto en junio para que el profesorado y el alumnado supieran con la suficiente antelación el nuevo modelo de 2024.

Ahora, se plantean numerosas dudas a los centros y a los padres cuyos hijos comienzan este año 2º de bachillerato. Algunos docentes opinan que se coloca a estos alumnos en situación de desventaja.

Pese a que Educación, con su ministra Pilar Alegría al frente, se comprometió en reiteradas ocasiones a informar con anticipación de los cambios, la inesperada decisión ha provocado el enfado de Ceapa, la mayor confederación de asociaciones de padres y alumnos del país.

Su presidenta, María Capellán, explica que tampoco este año van a poder tener un «año tranquilo», ya que se sigue «jugando con el futuro de nuestros hijos con tanta incertidumbre y tantos cambios de leyes y gobiernos. No se puede consentir que la educación sea un arma arrojadiza» entre partidos, subraya.

Explica Capellán que el alumnado que comenzará ahora 2º de bachiller van a tener que elegir las asignaturas y optativas sin saber qué ponderaciones tendrán en la prueba de acceso a la Universidad.

La ponderación son coeficientes que permiten modificar la nota de acceso a la universidad aportando mayor importancia a las materias que tienen una relación directa con el grado universitario al que se desea acceder.

No es el único problema, por ejemplo se barajaba que en la prueba de acceso a la Universidad de 2024 se pudiera elegir entre Historia de Filosofía e Historia de España, lo que en la práctica permitía al estudiante dedicarse más a aquella materia de la que luego elegía examinarse. Ahora se plantea una nueva incógnita de cara a 2024.

Tampoco se sabe cómo se aplicará exactamente el nuevo modelo competencial a la Ebau, menos memorístico y más saber aplicar en el mundo real los saberes aprendidos, a lo que obliga la Lomloe.

La última reforma educativa, la Ley Orgánica de Educación (Lomloe, más conocida como Ley Celaá) comenzó a aplicarse en 2021 pero muchos de los cambios entran en vigor de forma escalonada. En el caso de la prueba de acceso a la Universidad, la idea es ir paso a paso hasta su plena implantación en el curso 2027-2028.

Los exámenes de junio próximo mantendrán el mismo formato que en los tres últimos cursos, condicionados por la covid y que obligó a cerrar los centros educativos. Los jóvenes que harán ahora la prueba han cursado gran parte de su escolarización con restricciones y sorteado dificultades que se siguen teniendo en cuenta a la hora de diseñar el examen. Su consecuencia es que son más sencillos.

El pasado mes de marzo, cincuenta centros de diez comunidades, Ceuta y Melilla realizaron una prueba piloto orientada a armonizar las pruebas de acceso a la universidad de cara a junio de 2024, con el mencionado carácter competencial.

Todas las comunidades fueron invitadas a participar pero al final las que decidieron tomar parte fueron Cataluña, Asturias, Cantabria, La Rioja, Comunitat Valenciana, Castilla-La Mancha, Canarias, Navarra, Extremadura, Baleares, Ceuta y Melilla, es decir, todas salvo las gobernadas por el PP.

La última decisión de Educación tampoco ha gustado a CSIF, sindicato mayoritario en la administración pública, en cuya opinión es una «muestra más de la inestabilidad de nuestro sistema educativo»; «nos parece inmoral que nuestro alumnado de 2º de bachillerato comience el curso sin saber cómo va a ser la prueba de 2024».

«Pedimos altura de miras a los políticos para que dejen en paz de sus cuitas políticas a la sociedad española», en palabras del responsable de Educación de CSIF, Mario Gutiérrez.

Tampoco está de acuerdo en la Crue, la conferencia de rectores de las universidades, ni los responsables universitarios encargados de elaborar los ejercicios cada año.

De momento, este año, se mantiene el formato que se impuso tras la pandemia, aunque ya han comenzado los ajustes en la evaluación después de que el confinamiento rebajase los estándares de puntuación, lo que ha provocado que, tras tocar techo, las notas de corte volvieran a la normalidad. Así, los exámenes versarán sobre las materias generales del bloque de asignaturas troncales de segundo de Bachillerato de la modalidad elegida para la prueba y, en su caso, de la materia Lengua Cooficial y Literatura.

El alumnado que quiera mejorar su nota podrá examinarse de, al menos, dos materias de opción del bloque de asignaturas troncales. Se realizará una prueba por cada materia y habrá una única propuesta de examen con varias preguntas. Cada examen durará 90 minutos y habrá un descanso entre pruebas consecutivas de, al menos, 30 minutos.

Las preguntas de las pruebas, preferentemente, se contextualizarán en entornos próximos a la vida del alumnado: Situaciones personales, familiares, escolares y sociales y también habrá preguntas abiertas y semiabiertas que requerirán de pensamiento crítico, reflexión y madurez. También se podrán plantear preguntas de opción múltiple.

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