Diario de León

La Audiencia ordena que se reabra la investigación del crimen de Navatejera

Acepta el recurso de la familia de la víctima contra el auto que archivaba el caso.

Flor Ameijeiras y Baldomero Fernández, junto al retrato de su hija Rocío.

Flor Ameijeiras y Baldomero Fernández, junto al retrato de su hija Rocío.

León

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La Audiencia Provincial de León ha estimado el recurso presentado por la representación legal de la familia de Rocío Fernández Ameijeiras, la joven asesinada en mayo del 2005 y cuyo cadáver apareció en un descampado de Navatejera. La decisión revoca el auto que decretaba el archivo del caso por falta de pruebas.

El juzgado de Instrucción número 3 de los de León archivó el caso en septiembre del año pasado, al considerar probado que uno de los dos imputados en la muerte de la muchacha no tenía nada que ver con el caso y que el otro imputado solamente tenía en su contra determinados indicios que no sustentaban una acusación firme.

El letrado que defiende los intereses de la familia Fernández Ameijeiras presentó un recurso ante la Audiencia Provincial de León que ha prosperado ahora. Según el gabinete jurídico, el fallo significa que la investigación tendrá que volver a abrirse. La familia piensa que, además ahora, se podrán realizar una serie de pruebas que podrían ser concluyentes para determinar la autoría del crimen.

Rocío Fernández Ameijeiras, una joven que contaba 24 años de edad en el momento de los hechos, apareció muerta en un vertedero, con signos evidentes de haber sufrido una muerte violenta. La autopsia determinó que la víctima falleció a finales de mayo, pero su cadáver no se encontró hasta casi un mes después.

Mensajes macabros

En ese tiempo, los padres de la fallecida siguieron recibiendo mensajes desde el móvil de su hija en los que les informaba que se encontraba en Madrid buscando trabajo. La investigación de la Guardia Civil determinó que los SMS se habían enviado después de la muerte de la muchacha y llevó a pensar que fue la persona que cometió el crimen quien se quedó con el terminal telefónico y envió los mensajes. Sin embargo, el aparato nunca apareció.

Dos jóvenes resultaron imputados en relación con este caso. El primero fue un vecino de Villablino, cuyo vehículo resultó calcinado en circunstancias un tanto extrañas pero al que la familia de la finada no relaciona con el tema.

Sus sospechas se inclinan más bien hacia el compañero sentimental de la joven, que los progenitores creen que era también el padre del hijo que la joven estaba esperando. Se encontraba en estado de embarazo en el momento en el que ocurrieron los hechos. Por todo ello, se determinó la detención del joven, pero negó su participación en los hechos y fue puesto en libertad pocas horas después por el primero de los jueces que asumió la instrucción del asunto.

Testigo conocido

En marzo del 2007 la familia denunció la existencia de un testigo que conocía la realidad de los hechos «al dedillo» y al que no se tomó declaración hasta cuatro días después de que se descubriera el cadáver. Supuestamente, cambió su declaración cuando fue interrogado por los investigadores.

En marzo del 2009, los letrados de la familia solicitaron que se archivara el caso para trasladarlo a la Audiencia y conseguir que se reabriera la investigación. Casi cuatro años después el caso vuelve al punto en el que se dejó y la investigación se reabre de nuevo.

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