Diario de León

Transporte

El Avlo sale a la vía después de apagar la estrella del tren que alumbró el AVE a León

El low cost que estrenó servicio entre Madrid y Barcelona se nutre de los modelos 112 que cubren la línea del norte

El ministro Ábalos ante el primer Avlo comercial de Madrid a Barcelona. EFE

El ministro Ábalos ante el primer Avlo comercial de Madrid a Barcelona. EFE

León

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La línea de alta velocidad León-Madrid iba como la seda hasta que la estrategia competitiva de la liberalización de viajeros se topó con la táctica de reconversión del 112. Fue el punto de inflexión en esta marcha del AVE a León, que se estrenó hace más de cinco años, y creció y se multiplicó en eficiencia y eficacia, hasta que se dio de bruces con los planes de la compañía ferroviaria para con las herramientas que iba a desplegar frente a los trenes franceses e italianos sobre las vías de alta velocidad. Aquel día que se decidió transformar ramas del 112 en Avlo, el tren low cost que va a dar réplica al Ouigo, la SNCF encarnada en tren bala de Madrid a Barcelona, y al Frecchiarossa, el consorcio italiano que operará en las líneas más competitivas del país, se abrió una hemorragia en el AVE a León que no deja de sangrar. El Avlo es un 112 morado y con más asientos.

El Avlo no va a venir a León. Tampoco sus tarifas de saldo que ridiculizan el precio de un billete que un leonés paga de media por llegar a la capital de España con el servicio de la plataforma más moderna de la red ferroviaria española. No llegará a León. Ni a corto ni a medio plazo; pero su puesta en marcha le ha dado un bocado al concepto de eficiencia que llegó a disfrutar la conexión AVE a León. A base de retar ramas del 112, que limitan el recambio de las composiciones averiadas, y servicios que terminan por cubrirse con trenes de menores prestaciones, más limitados, menos veloces, con capacidad recortada. No hace falta volver sobre el historial de incidencias del servicio en los últimos dos años.

Menos a León

El declive de la línea AVE coincidió con la retirada de ramas del 112 que se transforman en Avlo

El Avlo es un AVE con el 20% más de asientos para pasaje, tintado de morado, con ribetes, que distraen los nuevos colores de Renfe viajeros. Es el AVE que venía a León y ahora cubre la línea Madrid-Bacelona con billetes que apenas llegan a una quinta parte de la tarifa establecida por entrar o salir de Chamartín.

Otro agravio añadido a la línea del norte, excluida de la liberalización, que comienza a disfrutarse en la España desarrollada a base de competir entre operadores y rebajar tasas.

El ministro de Transportes destacó ayer que el Avlo inaugura «un tiempo nuevo de ferrocarril en España, en el que la alta velocidad queda al alcance de toda la ciudadanía». En León también se entiende este mensaje con las paradojas que acuden al rescate del nuevo fenómeno de la alta velocidad de bajo coste; por los billete desde siete euros que en la estación leonesa suenan a utopía; por la retirada paulatina de trenes 112 de la línea a León que merman la capacidad del servicio AVE cuando se releva por Alvia, cada vez de forma más recurrente.

No hace falta concretar en qué punto de transformación o servicio están ahora las treinta ramas de 112 que Renfe tiene en actividad para saber que el destino de los conocidos patos del servicio de alta velocidad tienen el tiempo tasado. A lo largo de este año debería de haber catorce trenes transformados en Avlo, después de pasar por talleres para recomponer la estructura interior, modificar el carrozado de los coches, achicar espacios de asientos, para alcanzar las 507 o las 581 plazas según la disposición preestablecida.

En la actualidad, cinco remas operan la línea Madrid Barcelona, a través de ese corredor del Ebro (Madrid, Guadalajara, Calatayud, Zaragoza, Lleida, Tarragona, Barcelona y Figueras), que enfatiza la España de las dos velocidades; del este, que avanza a ritmo de los tiempos; de León y el noroeste, al que le afeitan los flecos que aportaba el 112.

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