La brecha digital retrasa el ingreso mínimo en León

El ingreso mínimo vital saturó ayer la sede electrónica de la Seguridad Social, bloqueada desde primera hora de la mañana, cuando arrancó la tramitación de la prestación pública. No hay otra forma de acceder a ella. Hace falta un ordenador y conexión a internet. Al menos hasta que el Gobierno ponga en marcha la atención presencial o derive a los ayuntamientos y administraciones autonómicas la gestión del IMV.

Mientras tanto, organizaciones como la Cruz Roja, acostumbrada a trabajar con los colectivos más vulnerables, asesoran en León a las miles de familias que quieren solicitar la renta mínima pero que no saben ni cómo ni dónde. La brecha digital también levanta muros en este caso, como ocurre con la educación.

«Normalmente, las personas que necesitan este ingreso ni tienen conexión a internet ni el resto de las herramientas necesarias. Desde aquí les asesoramos, les decimos si cumplen los requisitos y, si es así, presentamos por ellos la documentación», explica Marta Cuesta Martínez, coordinadora provincial de la Cruz Roja.

Las cuantías oscilan entre los 461,5 euros de un adulto que viva solo y los 1.015 euros para hogares de cinco miembros. El importe se amplía en 139 euros por cada persona adicional.

En riesgo

Solo en la provincia hay unas tres mil familias que apenas tienen recursos para sobrevivir. De hecho, uno de cada cinco hogares se encuentra en riesgo de pobreza, casi 6.500 personas en total. Todas son potenciales beneficiarias del IMV.

No obstante, la prestación estrella del Gobierno de coalición invisibiliza a colectivos de pobreza severa, como los cientos de inmigrantes en situación irregular (612 en León), o los jóvenes, especialmente los que salen del sistema de protección de menores que no han vivido de forma independiente tres años. También quedan fuera cientos de demandantes de empleo que jamás han podido recibir una prestación y los que participan en proyectos de inclusión en espacios residenciales. Hay miles de excluidos solo en la provincia.

Tampoco están muy claros los requisitos. Y el simulador de la Seguridad Social ayuda poco. Hay demasiada letra pequeña y muchas dudas al respecto, como han constatado a lo largo de los últimos días en la delegación de la Cruz Roja. «Al fin y al cabo es un derecho subjetivo. Nos preguntan, sobre todo, por si se puede compaginar con otros ingresos o por la documentación que se necesita», señala su responsable.

Sin personal

La falta de recursos humanos es otro de los inconvenientes que ralentiza la tramitación del IMV. Lo denuncian los propios funcionarios, que prevén una avalancha de solicitudes.

En este sentido, el personal del Servicio Público de Empleo y de la Seguridad Social afronta estos días «con preocupación por la falta de trabajadores, coincidiendo con el inicio del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y con la reapertura de las oficinas del Sepe en los territorios en fase 3.

CSIF advierte de que la plantilla «es insuficiente» y teme un colapso similar al que produjeron los Ertes. «Está bajo mínimos, tras disminuir más de un 20% en los diez últimos años. Actualmente se sitúa en 26.840 trabajadores», añadieron a través de un comunicado de prensa.