Diario de León

El entorno de la estación

La ciudad de León estrena el paseo enjaulado sobre la losa del ferrocarril

Adif y el Ayuntamiento reconocen que no hay avances sobre el arrabal de la integración

El barrio de la Vega, con el filtro de la valla del paseo estrenado ayer sobre la losa del tren. RAMIRO

El barrio de la Vega, con el filtro de la valla del paseo estrenado ayer sobre la losa del tren. RAMIRO

León

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León ya puede caminar sobre la losa del tren; una jaula para el esparcimiento, que desde ayer forma parte de los espacios ganados por la ciudad a la integración del ferrocarril. «No es lo que deseábamos», vino a reconocer el alcalde, José Antonio Diez, que estrenó el paseo junto a una comitiva integrada por cargos de Adif, entre ellos el director de Patrimonio, Alfredo Cabello, con el que firmó el convenio de cesión de este pasillo de los lucernarios entre rejas, el aparcamiento, la parada de taxis y el acceso a la nueva estación, y el cauce de Feve. Más de 21.600 metros cuadrados en total, espacios del administrador ferroviario que León asumirá con cesiones temporales de entre 20 y 75 años.

El alcalde invocó ese lamento sobre el resultado de una integración que no era la deseada, que achacó «a los recortes del Gobierno de Rajoy», aunque celebró el momento por esperado para la ciudad. «Hoy cerramos un ciclo muy importante para la movilidad en León».

Fue el contrapunto positivo a un orden del día en los convenios de Adif y León que no aportó soluciones para despejar la valla; la reja, que acordona el pasillo de lucernarios, entre Doctor Fleming y la vieja estación, que incluye cobertura de la marquesina de la antigua estación de León, la visera que se salvó a última hora del desguace; y el solar que se abre hasta el barrio de la Vega, y deja fondo de pantalla de arrabal a este entorno de la ciudad. «No hay avances para la cesión, tal y como reivindiqué ante la presidenta de Adif, pero esperemos que podamos llegar a acuerdos para convertir esta zona en un área funcional», confesó Diez en el tramo final de la intervención, al pie del tercer lucernario, en el interior del pasillo recién estrenado como paseo, con la vigilancia celosa del personal de seguridad contratado por Adif en el entorno.

Desde el paseo, la reja filtra la percepción que dejaba intuir desde fuera. Un solar que mantiene la brecha que se creía cerrada por la losa del tren, en la salida hacia el norte, la depresión de la vía que devolvió a León la función de estación pasante y eliminó diez años de fondo de saco y la maniobra de la marcha atrás del tren.

Sin los focos matinales, la luz de la tarde aclaró otros flecos pendientes en torno a este nuevo espacio que sume la ciudad tras la aplicación de los convenios de Adif.

El testacionamiento de la trasera de la estación seguía cerrado a cal y canto, con una hilera de balizas en las bocas de entrada, que sólo pueden franquear un puñado de vehículos, de personal ferroviario.

Parada de taxis

Los taxis, mientras, ya pueden disponer de la ubicación tan demanda que racionaliza el acceso de los clientes desde el vestíbulo superior de la estación pasante de León, con una parada dispuesta en paralelo a las andenes que emplea el AVE y los trenes que no superan la capital leonesa.

«Hoy es el día de León y de su alcalde», se disculpó de hacer manifestaciones con más peso el director de patrimonio de Adif en la breve intervención para los medios informativos, que esperaron de forma infructuosa pistas sobre las intenciones del administrador de infraestructuras ferroviarias sobre ese terreno sobrante que se conserva entre la alambrada exterior y la valla, la reja, que no tiene fecha para desaparecer del panorama.

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