Diario de León

El ecoturismo reclama una regulación que respete la actividad en la zona

Emilio Orejas, Pilar Infiesta (moderadora), Borja Fernández, María Luisa Blanco y Fernando Ballesteros. RAMIRO

Emilio Orejas, Pilar Infiesta (moderadora), Borja Fernández, María Luisa Blanco y Fernando Ballesteros. RAMIRO

León

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La importancia del ecoturismo como motor de desarrollo para los pueblos centró la mesa redonda en la que participaron el alcalde de Valdelugueros, Emilio Orejas, la teniente de alcalde de Villafranca del Bierzo, María Luisa Blanco, el responsable de proyectos de la Fundación Oso Pardo, Fernando Ballesteros, y el presidente del Grupo de Acción Local Montaña de Riaño, Borja Fernández. Los cuatro protagonistas resaltaron la incidencia de este tipo de turistas, que ha crecido después de la pandemia, pero coincidieron en la necesidad de que haya una regulación que no interfiera con la actividad de la zona.

Emilio Orejas (alcalde de Valdelugueros): "Somos la España desconectada además de la vaciada"

El alcalde de Valdelugueros, Emilio Orejas, apuntó que cuentan con "alguna infraestructura turística, pero no como se desea", más ahora que desde la pandemia han visto "cómo el medio rural ha sido un revulsivo impresionante". En esta reivindicación colocó en primer término el regidor las telecomunicaciones porque "se habla de muchísimo dinero, pero la pregunta es cuándo tendremos cobertura para poder teletrabajar". "Somos la España desconectada además de vaciada. Lo necesitamos ahora", subrayó el primer edil, quien abundó en que "cada ayuntamiento se buscará la vida para potenciar sus puntos fuertes", aunque todos necesitan "más infraestructuras, más calidad y más financiación".

Orejas avanzó que, con cargo a los fondos de resiliencia, han solicitado financiación para "hacer un edifico modélico en la casa de Vegarada, reformarla como un pequeño hotel, pero sostenible, que no necesite suministro energético". Más allá de esta iniciativa, el alcalde apuntó que "lo que más se demanda son rutas sencillas y accesibles, aunque también haya para público más especializado", y detalló que "en parte de ellas se necesita renovar la equipación". "Esperemos que los fondos europeos que no terminan de llegar nos ayuden", dejó caer el regidor.

En su intervención, el alcalde montañés remarcó que "el turismo de naturaleza es un revulsivo para los ayuntamientos, pero no se debe olvidar a la gente que vive dentro, que la conserva". Con esta advertencia, Orejas concedió que el turismo que más les interesa es "el familiar", aunque reseñó que también han visto cómo el que más ha crecido es "el de motos, gracias a la potenciación de la señalización hecha por el grupo de acción local Montaña de Riaño". No perdió la ocasión tampoco para incidir en la relevancia para su municipio de la nieve, "el oro blanco".

María Luisa Blanco (teniente de alcalde Villafranca del Bierzo): "El peregrino tiene una ruta pero es un turismo de retorno"

En la misma línea se manifestó la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo. María Luisa Blanco concedió que estar "a los pies de la A-6" les da "una entrada fabulosa", pero avisó de que "una vez que se sube hacia la zona alta del municipio es dura" porque adolecen sobre todo de "infraestructura de telecomunicaciones". "Cuando sales a medio kilómetro del casco urbano pierdes la cobertura y no puedes casi ni tener un accidente", ironizó.

Blanco recalcó que "el peregrino tiene una ruta, unas etapas", pero además aporta "un turismo de retorno". Para esta vuelta, la teniente de alcalde apuntó que "les llama la atención el patrimonio" y cuentan además con "rutas de senderismo muy variadas" por un entorno que es reserva de la Biosfera", además de que han comenzado a incrementar la publicidad de "la pesca en el Burbia, con cotos de pesca muy importantes, o la senda de los pozos, que son piscinas naturales". Los atractivos de Villafranca del Bierzo han favorecido "el efecto llamada del turismo por el covid", pero además han posibilitado que llegue "gente que busca teletrabajo".

Fernando Ballesteros (Fundación Oso Pardo): "Hay que apostar por que no todo se vincule al ecoturismo, no todo puede ser Disneylandia"

El punto de vista de los colectivos conservacionistas lo aportó el responsable de proyectos de la Fundación Oso Pardo. Fernando Ballesteros incidió en que "hay que poner cabeza para que las infraestructuras diversifiquen la oferta, con pequeñas cosas que ofrecen un recurso de calidad, fundamentales a la hora de evitar el impacto".

El ecoturismo "es un motor fundamental", insistió el portavoz de la fundación, quien apostilló que "no podemos pensar en el futuro de los pueblos mirando para atrás". "Hay que apostar por que en los territorios no se vincule todo al ecoturismo, no puede ser todo Disneylandia, donde un empleado abra la puerta, sino que debe vivir allí", concedió.

Ballesteros, quien afirmó que "hay que apoyar la ganadería, fomentar el desarrollo de actividades vinculadas a los recursos naturales" porque "el turista tiene que ver que hay vida, que hay donde comer y comprar productos".

El portavoz de organismo describió que "es fundamental que haya una buena red de rutas y observatorios para ofrecer al turista unas alternativas para observar a las especies a una distancia suficiente, sin interferir en su comportamiento". En este escenario, León tiene "un potencial enorme, una demanda grandísima y es importante trabajar en aspectos de regulación, pero desde un punto de vista inteligente".

Ballesteros defendió que "el ecoturismo es fundamental para estos territorios y puede generar una actividad económica". El juicio lo apoyó en el informe elaborado por expertos que muestra que "en toda la Cordillera Cantábrica entran al menos 20 millones al año por el oso y que hay 350 puestos de trabajo que dependen total o parcialmente de su presencia". Para que continúe, abogó por que haya "diálogo fluido con los ayuntamientos, la Junta, con el sector turístico" para avanzar en un modelo en el que "buscar los mejores equilibrios para avanzar en desarrollar actividades con unas buenas perspectivas de futuro". "La calidad del producto turístico depende de que conservemos la naturaleza y que no generemos impacto", aseguró.

El responsable de la fundación admitió que ven "un escenario positivo" dentro de este "turismo de naturaleza que cada vez atrae más gente y agradece una experiencia turística entremezclada". Para lograrlo, Ballesteros señaló que se deben "hacer actividades que no se limitan a ver el oso sino que interpretan el paisaje, la actividad o la gastronomía"

Borja Fernández (Montaña de Riaño): "El ecoturismo no se debe radicalizar"

La cuarta voz de la mesa redonda la puso el presidente del Grupo de Acción Local Montaña de Riaño. Borja Fernández recordó que han sido "uno de los 25 a los que se ha dado 2,3 millones para destinos de sostenibilidad", aunque advirtió que no acaban de "ver la luz" por la suma de tanta burocracia. En espera de que se concrete, el portavoz del organismo citó que habrá "pequeñas actuaciones", entre las que se cuentan "el refuerzo de los pantalanes, un estudio para regular la observación de la fauna, el arreglo de la Ferrería de Sabero, albergues, la adecuación de ruta Vadiniense y el Camino Olvidado o una piscina fluvial".

Fernández  mantuvo que "en zonas de montaña, en las que se tienen tantas restricciones", algunas veces cuando oyen "eco, bio o sostenible" se ponen "de uñas". Estas reticencias se deben salvar con la máxima de que no sea "un turismo que se radicalice", sino en el que "haya espacio para todos: el ecoturismo, el de nieve, pero también para la caza".

El presidente del grupo de acción local reseñó que se quieren "diferenciar un poco de Picos de Europa", porque son "Montaña de Riaño, que es una cosa parecida pero no es igual", y reconoció que el verano pasado estuvieron "desbordados". "Se hubiera necesitado incluso el doble para atender a la demanda. Pero se necesita para dos meses y hay que vivir durante 12 meses", subrayó.

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