Vídeo: Andreu: «Los efectos en el empleo serán visibles cuando dejen de prorrogarse los Erte»

Un año de pandemia ha dejado la certeza de que los sectores más afectados por la paralización de la actividad no se recuperarán «hasta 2023 ó 2024», aunque el conjunto de la economía lo hará a partir de este año. Los efectos de la crisis en el empleo se verán cuando se acaben las prórrogas de los Erte, y dependerán también de que el modelo de ayuda a las empresas pase finalmente de créditos a ayudas directas. Todo ello con criterios de viabilidad, para no crear un tejido empresarial zombie o ineficaz. Para caminar en esta recuperación son fundamentales los fondos europeos, y es necesario agilizar los criterios de acceso a ellos para ser capaces de canalizarlos hacia las empresas, que son «las que están absorbiendo el impacto de la crisis». En una economía que tendrá que reinventarse en muchos aspectos. Mientras, los mercados bursátiles crecen con una clara expectativa de recuperación. «Es un escenario favorable a las inversiones». Lo explica Cirus Andreu Cabot, subdirector General de Sabadell y vicepresidente del Instituto Español de Analistas Financieros. Hoy, a partir de las 12.00 horas, analiza las perspectivas de inversión para este año en una webinar que puede seguirse en directo en www.diariodeleon.es .

—Se cumple un año de pandemia, ¿qué efectos ha dejado en la economía y cuáles serán más difíciles de recuperar?

—En la economía española ha repercutido más por el peso del turismo y el ocio sobre el PIB, mucho mayor que en otros países. La paralización de la actividad es más visible en la hostelería, aunque afecta a muchos otros sectores. La recuperación será asimétrica, necesitará tiempo y también reorientación de la capacidad instalada. Pero todo depende de la evolución de la pandemia, y eso no lo sabe nadie.

—¿Qué otros sectores afectados no son tan visibles?

—El transporte está sufriendo un giro tremendo, la logística para hacer frente a una demanda histórica; o el transporte en avión, que ha descendido un 90% y afecta a todos los servicios relacionados. Muy comprometida está también la automoción, en un momento además de cambio por el fuerte impulso de la electrificación. Los hoteles tendrán que redefinir su mercado con las nuevas exigencias de distancia social, así como los cruceros y ofertas de este tipo. O el comercio de vestido y calzado, afectado por los cierres, el teletrabajo y el cambio de hábitos hacia el comercio electrónico. En cambio se han visto muy beneficiados la reforma residencial, o la alimentación fresca minorista, que se está encareciendo.

—¿Qué plazos de recuperación prevé para los distintos sectores?

—Siendo razonablemente optimistas hay que esperarlo para 2022, no antes. Pero hay que ver el impacto en términos de empleo, ahí hay que estar muy pendientes de las ayudas al empleo que se han vehiculado a través de los Erte; y también de cómo se gestione la salida de la financiación con garantía ICO y su conversión, como anuncia ahora el Gobierno, en ayudas directas. Todo dependerá de la solvencia de las empresas que queden.

—¿Qué cambios de fondo dejará la pandemia en la economía?

—Dependerá de cómo desemboque finalmente, pero algunos efectos pueden ser permanentes. Será difícil que se mantengan los niveles de movilidad anteriores sin control sanitario; y la organización del trabajo estará claramente marcada por el teletrabajo, que ha llegado para quedarse. También hemos visto que no hace falta ir a la universidad para formarse. El papel del comercio tradicional en el aprovisionamiento de las familias también cambiará.

—Se prevé una cascada de cierre de negocios, ¿habrá reestructuración o podrán volver a abrir?

—Si la situación no revierte muy rápidamente desde luego va a haber cierres; pero los sectores más afectados tendrán que reestructurarse. Todo lo que tiene que ver con la movilidad y el turismo, por ejemplo; habrá que modificar las propuestas actuales. Eso sólo será posible si las empresas al final siguen siendo solventes.

—¿Qué consecuencias tendrá para el empleo? ¿Agrandará la bolsa de empleo estructural existente?

—Los efectos sobre el empleo serán visibles cuando dejen de prorrogarse los Erte, porque evidenciará en qué medida hay empresas que desaparecen o ajustan sus plantillas. Y eso dependerá de las ayudas directas. Veremos un incremento del paro este año y el próximo, pero a partir de ahí habrá una mejora. El paro se reduciría a los niveles del 12%, que parece que es el estructural en España, en unos cinco años; aunque llegará al 16%. Respecto a si hay que reducir ese 12% estructural, el debate ya no tiene que ver con medidas estructurales, sino con aquellas que a los gobiernos les cuesta tomar.

—Esta semana se anuncia un nuevo plan millonario de ayudas, ¿están teniendo efecto, o debería optarse por los pagos directos, como se solicita?

—Si llegan las ayudas directas hay que tener cuidado de no crear un tejido empresarial zombie, esa no es manera de crear un tejido empresarial saneado. Transformar los créditos ICO en transferencias a las empresas, como han hecho otros países, puede ser un mecanismo ineficaz, y probablemente injusto, si no se afina cuáles son los criterios para recibir esas ayudas. El primero debe ser que la empresa sea viable, y que tenga impacto sobre el empleo.

—¿Los fondos europeos de recuperación se están planificando adecuadamente?

—Las reglas las marca Europa, el 70% son para los objetivos de economía verde y digitalización, hay oportunidades muy claras para las compañías de infraestructuras y tecnológicas, pero lo importante es que no absorban todo, sino que llegue a todas las empresas. Falta entender bien cómo se accede a ellas, cómo se conceden y quién lo hace. Es urgente, porque en el peor de los casos podemos no ser capaces de canalizar esos fondos hacia las empresas, que son quienes están sufriendo el impacto de la crisis y quienes mejor las van a utilizar.

—La pandemia ha supuesto también un impulso claro a la digitalización. ¿Cómo va a repercutir en los negocios tradicionales?

—Será muy importante, en el teletrabajo por ejemplo. El sector privado ha demostrado eficacia en este campo, donde no está funcionando es en las administraciones públicas. También crea nuevas maneras de relacionarse con los mercados. Si una cosa se ha manifestado en la pandemia es que el nivel de formación tecnológica de las empresas españolas es suficiente, y que la infraestructura digital ha funcionado con éxito, con un uso muy superior a la capacidad para la que estaba prevista.

—¿Cómo responden los mercados bursátiles a todo este entorno?

—Ha habido una recesión sin precedentes, con una caída bursátil durísima. Pero afortunadamente la madurez de los inversores ha ganado con la experiencia, y no ha habido grandes movimientos. Ha salido bien para el inversor, las bolsas además están descontando una recuperación muy rápida de la economía. Todo esto puede parecer un poco inquietante, pero habrá una recuperación intensa, salvo para algunos sectores, y estímulos, además de bajos tipos de interés. Es un escenario favorable para las inversiones.

El analista desgrana las previsiones de inversión para 2021, en una webinar en la que participa la directora regional en León de Banco Sabadell. Un coloquio moderado por el director de Diario de León, Joaquín S. Torné. https://www.diariodeleon.es/articulo/...

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