"Es curioso que en León tengamos documentados los puentes o los palomares y no las escuelas"

-Desde el primero de septiembre de 2021 ha pasado de ser Catedrática de la Universidad de León a ser profesora emérita de la misma. ¿Qué suponen uno y otro cargo para usted?

-La Cátedra es la máxima posición jerárquica en la docencia y la investigación en la Universidad. Conlleva responsabilidades también máximas en docencia, impartiendo clases regladas ordinarias en Grado, en Postgrado, en Másteres y en Doctorado. A ello se une la dirección de equipos de investigación, que en mi caso siempre ha supuesto liderar a un grupo de diez a 15 personas en sus trabajos de investigación, que a la vez que les suponían méritos para la incorporación y promoción a cuerpos docentes universitarios, les compensaban con el oportuno reconocimiento de sexenios que a la vez eran mérito para la promoción y tienen compensación económica. Por su parte el paso a Profesora Emérita supone descarga de las labores docentes, no de las investigadoras, pero quedan otras muchas tareas como presidir o formar parte de Tribunales de Tesis, de acceso a la universidad, dirigir tesis, cursos de formación del profesorado universitario, evaluación externa de titulaciones, de profesorado, y un sinfín de actividades relacionadas. Por otra parte los requisitos para ser Profesora Emérita son aún mayores que los anteriores: se pasa por 5 comisiones evaluaciones previas, hay que acreditar investigación suficiente y mostrar una trayectoria ampliamente de excelencia para conseguir ese nombramiento que es por dos años.

-Con una trayectoria en la docencia tan amplia como la suya, ¿nos podría repasar sus comienzos en los niveles anteriores a la Universidad?

-Mis inicios en la docencia se remontan a Septiembre de 1974 solo tres meses después de terminar la carrera de Magisterio. En la época había escuelas de difícil desempeño que nadie quería y los recién titulados teníamos opción para ser nombrados. Así fue como inicié mi profesión en un pequeño pueblo del Bierzo, Paradiña, del que guardo un imborrable y magnífico recuerdo. Tanto es así que aún paso a visitarlo cada cierto tiempo y los vecinos son tan amables que aún me recuerdan. Pero ese tiempo fue solo de un curso porque al iniciarse el curso siguiente conseguí ya escuela en Propiedad en Tombrío de Arriba, junto a Toreno, también en el Bierzo. Ocurría que los mejores expedientes de la carrera, las 5 primeras notas conjuntas de todos los estudios, formaban una media que permitía a las personas que tenían las más altas calificaciones acceder como funcionarios ya al cuerpo de Maestros ya como funcionarios de carrera en lo que se llamó Acceso Directo. Ese fue mi caso y en Tombrío me sentí querida y realizada como Maestra: allí tuve alumnos que luego fueron brillantes profesionales, compré mi primer coche, me casé y también aparezco por allí de vez en cuando.

-¿Cuál fue su destino después de la etapa como Maestra en el Bierzo?

-Como decía, me casé y entonces obtuve una plaza provisional por consorte en el Grupo Escolar San Isidoro de León que mantuve dos años, hasta que por concurso, obtuve plaza definitiva en el Grupo Escolar de Puente Castro. Otros dos años como maestra de Francés y Lengua Española a la Segunda etapa de EGB, donde yo aprendí mucho como maestra y también tuve brillantes alumnos que aún hoy me escriben y con los que aún tengo contacto; incluso alguno de ellos fue más tarde alumno mío en la Universidad. Compatibilizaba esa docencia con mis estudios de Licenciatura que terminé en 1980. Puente Castro era un grupo escolar que tuvo excelentes maestros y algunos magníficos alumnos que siempre tuvieron a gala nuestro trabajo, incluso uno de los brillantes de la zona, encargado del pregón de las Fiestas del Barrio, tuvo a bien nombrarme en ese pregón y me lo hizo llegar su hermana a los que guardo gran afecto así como a todo el Barrio de Puente Castro. De allí por concurso pasé al Grupo Escolar La Granja, pero solo durante tres meses porque en Diciembre de 1989 gané por concurso la plaza de Profesora Interina de Escuela Universitaria en la Universidad, mediante un oportuno recurso, al baremarme mal la primera solicitud, pero que la justicia solucionó.

-En la Universidad como organización jerarquizada hay muchas categorías y usted señala que ha pasado por todas ellas. ¿Puede aclararnos las etapas por las que pasó?

-Como decía, comencé siendo Profesora Interina de Escuela Universitaria, dando clase a los futuros maestros de Didáctica, Organización Escolar y Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación (esta última materia era la primera vez que se impartía). En ese mismo curso realicé la oposición a Titular de Escuela Universitaria en la misma área de conocimiento anterior. Aprovechando el tiempo retomé mis estudios de Doctorado en la UNED y en 1993 conseguí en Madrid el Doctorado con Premio Extraordinario con una tesis sobre la Fundación Sierra-Pambley. Pocos meses después pude acceder mediante otra oposición a Profesora Titular de Universidad que solo suponía una pequeña reducción de las horas de Docencia, y el acceso a la investigación y a los archivos pertinentes, además de una mejora en el salario.

En 1996 la Antigua y entrañable Escuela de Magisterio de León, se convertía en Facultad de Educación al ascender los estudios de Magisterio a la Categoría de la Licenciatura. Entonces ya no teníamos un Director de Escuela Universitaria, sino un Decano, cargo que ocupó el querido y hoy desaparecido Bonifacio Rodríguez. Entonces me propuso como Vicedecana de la Nueva Facultad, siendo la primera mujer en ocupar ese cargo en la Facultad de Educación. Fue un honor y una satisfacción grande ocupar esa plaza en la misma Institución en la que había realizado mis estudios.

Mi trabajo como docente se completaba con la investigación y así obtuve la obtención de reconocimiento de las mismas a través de quinquenios de docencia y de sexenios de investigación que han ido acumulándose hasta hoy con el máximo posible en ambos.

La siguiente etapa fue la Cátedra de Universidad. Nuevamente a opositar y a trabajar en las dos líneas de investigación y docencia. Como Magisterio de León no había sido Facultad hasta los años noventa, no había tradición investigadora entre el profesorado ni de publicaciones o de trabajo en grupo. Esa fue mi tarea en los siguientes años: liderar un grupo de profesores universitarios en formación y cimentar líneas de investigación que tenemos ya establecidas y reconocidas: gestión de centros, calidad en educación, dirección, currículum, tecnologías aplicadas a la educación, evaluación, aprendizajes, organización de instituciones educativas, etc. En este apartado puedo señalar que prácticamente a todo el profesorado permanente actual del Área de Didáctica y Organización Escolar (5 de 8 actuales) han sido alumnos míos, les he dirigido la tesis y presidido su Tribunal de acceso a profesorado permanente, por lo que reivindico mi labor en ese campo, a la vez que mi siento muy honrada por el respeto y aprecio que sigo teniendo de los que hoy son mis compañeros.

-Por lo que veo has sido pionera en muchas cosas: la primera mujer vicedecana de la Facultad de Educación de la Universidad de León, la primera mujer catedrática de Universidad en la misma Facultad; la primera mujer cuyos alumnos han sido luego compañeros suyos profesores y uno de ellos hoy vicerrector, la primera mujer profesora emérita en la Universidad de León ¿Qué te queda por conseguir?

-Creo que tengo ya colmadas mis ambiciones tanto académicas como investigadoras. No obstante ha sido un honor y una gran satisfacción ser nombrada por la Aneca (Agencia Nacional Española de Calidad de la Educación) Presidenta de la Comisión 7.2 que evalúa los sexenios de investigación de los Profesores de Educación de toda España. El nombramiento por dos años ha terminado hace un mes al renovarse normativamente cada dos años la Comisión; es también evaluadora de Proyectos de Investigación para la ANEP, etc. Pero también han contado conmigo como evaluadora de su profesorado y de Tesis Doctorales la totalidad de las Universidades españolas públicas y alguna privada como la Isabel I y la Universidad Internacional de Cataluña, la UNIR de La Rioja, y una decena de ellas europeas y americanas. Como evaluadora de Agencias de Calidad he participado en la Aqu de Cataluña, en la DEVA de Andalucía; en la AGSUG de Galicia; en Euskalit del País Vasco, en la Agencia Canaria ACCUEE, Plan de Investigación de la Universidad de Navarra (Piuna), La Fundación Gargallo de Zaragoza, etc. Amén de colaboraciones institucionales con países como República Dominicana, Argentina, etc.

-A raíz de esta última cuestión ¿Podrías señalarnos someramente la dimensión internacional de su trayectoria?

-Cuando se tienen muchos años, como es mi caso, la trayectoria también es muy dilatada. Comenzaré por señalar que los inicios fueron con las Universidades francesas de Burdeos, La Sorbona, donde impartí un máster de Doctorado, la Universidad de Estrasburgo, con el equipo de investigación que sigo colaborando y sobre todo con la Universidad de Toulouse, donde soy habitual en Tribunales de Tesis y de Acceso, así como en publicaciones. En América, con una extensión del grupo de Toulouse, he trabajado con la Universidad de Montreal y hemos publicado conjuntamente el libro titulado: Identidad profesional docente. En cuanto a las Universidades de Iberoamérica, he dirigido sendos doctorados de la ULE en Buenos Aires y en Venezuela con tesis ya defendidas en León, pero los contactos, las colaboraciones y las conferencias son muy amplias: México (Guadalajara, Aguas Calientes, Zamora, Cancún), Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Colombia (Universidad Católica de Manizales y Universidad Lasallista de Medellín), Cuba, Ecuador, Canadá, Costa Rica, República Dominicana, etc.

Aparte destacar colaboraciones con las Universidades de Jerusalén, donde también tenemos un libro conjunto: La calidad en los centros docentes del S. XXI; de Bélgica, de Suecia con un Erasmus dirigido por mi unos cuantos años, Portugal, Inglaterra, Italia. Con Marruecos ha habido también una pequeña colaboración.

-¿De qué cosas de esta dimensión internacional se encuentra más satisfecha o recuerda con más cariño?

-Hay dos cuestiones que me hacen sentir bien en este ámbito: La primera es el privilegio que tuve de poder escuchar en su última etapa en Suecia a Paulo Freire, del que guardo un recuerdo imborrable al coincidir con él en un Congreso, y del que tengo una foto aunque sea de poca calidad; La segunda es la elaboración de una tesis doctoral sobre mi obra, defendida en la Universidad de Cassino (Italia) con sobresaliente cum laude el día 6-02-2009 con el título: El liderazgo institucional en Isabel Cantón Mayo, dirigida por los Dres. María Irma Maraboto y Claudio César Calabrese.

-Es autora de algunos libros muy significativos para León. ¿Podría señalarlos?

-El primero de ellos es mi tesis doctoral: La Fundación Sierra-Pambley, una institución educativa leonesa, en la que resumo las dos mil páginas de mi tesis doctoral que me ocupó doce años y para cuya publicación quiero agradecer al entonces Patrono, Joaquín López Contreras, su decidido apoyo, así como a Antonio Gamoneda, las constantes peticiones de documentación para la misma. En segundo lugar, compartido con Marta Prieto, está el libro: La Cátedra de Latín de Lois, Premio de investigación, que me hizo amar ese lugar y a sus gentes. Hay dos libros muy interesantes que no han tenido la difusión que merecían: Narraciones de la Escuela y Narraciones de Maestros, coordinados por mí y ambos compartidos con notables escritores que reflejan las vivencias de nuestros notables intelectuales en la escuela: Antonio Colinas, Antonio Pereira, Clara Sanchez, Elena Santiago, Martín Garzo, Jose María Merino, Juan Pedro Aparicio, Julio Llamazares, Luis Mateo Díez, Raúl Guerra Garrido, Ramón Carnicer, Juan Carlos Mestre, Aurelio Loureiro, María Gudín, Marifé Santiago, Ana Isabel Conejo, Luis Artigue, etc.

Finalmente dos libros que recogen el patrimonio escolar leonés: Escuelas de la Comarca de La Cepeda, y Escuelas rurales de la Maragatería, donde se pone en valor lo que estos edificios han significado en la vida de los pueblos leoneses, este segundo con una magnífica portada del pintor Pepe Carralero, a quien agradezco mucho su amistad y cariño. Es curioso que en León tengamos documentados los puentes o los palomares y no las escuelas.

-Para terminar, será difícil, pero quizá podría señalarnos algunas de sus publicaciones docentes y también técnicas.

-Es difícil ya que en este apartado acumulo unos 40 libros y más de 70 artículos publicados en Revistas y Editoriales de primera magnitud. Pero recordar que comencé por abajo y que no ha pasado nunca un año sin publicar obras, artículos, investigaciones, etc. Lo mejor para conocerlas es ir a google escolar https://scholar.google.es, donde se referencian por años, títulos, con un índice 10 y el número de citas recibidas. Señalaré únicamente el último de los artículos y el último de los libros: Cantón Mayo, I., Cañón Rodríguez, R. y Grande de Prado, M. (Coords.). Diseño de mejoras educativas. Formación, Gestión del Conocimiento y Tecnología. Murcia: edit.um, 2021 y el último de los artículos, ya de este mismo año: Turrado Sevilla, M. A. y Cantón Mayo, I. (2022) Design and Validation of an Instrument to Measure Educational Innovations in Primary and Pre-Primary Schools. En NAER (journal of new approaches in educational research) 2022. Además he hecho la introducción para dos libros del Diario de León: El Juez y otros cuentos de Josefina Aldecoa y La Esfinge Maragata, de Concha Espina. Pero también, y a modo de entretenimiento, se ha publicado recientemente en Ediciones Duerna, un pequeño Cuento para Valeria, con el que rindo homenaje emocionada a mi primera nieta, y el compromiso para realizar otro para el nieto que llegó después.