Tres fotografías, una cita ‘online’ y ningún compromiso ni resultado
El relato de la Mesa por León se abrió con la cascada de mociones en los ayuntamientos, apoyadas por partidos de diferentes siglas, en las que se reclamaba la Autonomía Leonesa, y las manifestaciones que el 16 de febrero de 2020 sacaron a las calles de la capital leonesa, Villablino y Ponferrada a 80.000 personas para clamar por un horizonte de futuro. Como respuesta, las administraciones, con los sindicatos como inductores, montaron la Mesa por León que prologó la visita de la ministra Ribera, el 5 de febrero de ese mismo año, en los albores de la movilización que ya estaba registrada.
La constitución oficial, escenificada en el Palacio de los Guzmanes de la Diputación, el 3 de marzo de 2020 santificó la Mesa por León. Como continuación, hubo un nuevo encuentro en Ponferrada, el 26 de junio de 2020, y un tercero en Villablino, el 29 de septiembre de ese mismo año. No volvieron a citarse los actores políticos de manera presencial. Las restricciones sanitarias se apuntaron como justificación para que la siguiente, el 20 de enero de 2021, se hiciera de forma telemática.
No hubo más. Las advertencias de los sindicatos leoneses de que movilizarían de nuevo la calle si no había actividad quedaron sin respuesta. La delegada del Gobierno en la comunidad, Virginia Barcones, que había sustituido al vallisoletano Javier Izquierdo, anunció nada más tomar posesión en octubre de 2021 que la convocaría porque era una prioridad del Ejecutivo central. No lo hizo. Como consecuencia, las organizaciones sociales volvieron a convocar una manifestación que el 12 de mayo de este año sacó a la calle de nuevo a 25.000 personas.
La cita, lejos de provocar una reacción, hizo que las administraciones se pusieran de perfil y mantuvieran un silencio cómplice. El entierro de la Mesa por León se dio por hecho por parte de los partidos políticos como defensa ante el ataque de los sindicatos leoneses. El adiós de Humildad Rodríguez no hace más que confirmarlo.