La fusión con Fuentes reforzaría al sector

«Los intereses del otro lado (Puebla de Lillo) siempre nos han perjudicado, parece que la estación sólo es de ellos, aquí siempre tenemos problemas con la carretera», dice Feli Gutiérrez, del Restaurante Bodón, que al mes cerrado de Riopinos suma en pérdidas la anulación esta temporada de la campaña escolar de invierno, con 1.600 comidas en su local aseguradas, al igual que los 300 niños que se alojan en el complejo rural Casas de Montaña Alto Curueño. Su propietario, Eusebio del Castillo, reivindica los mismos servicios en las dos vertientes de San Isidro. «Somos los últimos para que abran las pistas de nuestro acceso y los primeros donde las cierran porque no se molestan en guardar la nieve para prolongar su duración».

Todos, empresarios, esquiadores y ayuntamiento, coinciden en resaltar la importancia para esta vertiente de la prevista, pero aún no concretada, fusión con la vecina estación asturiana de Fuentes de Invierno, cuyo enlace con San Isidro debe realizarse por la ladera frontera con Riopinos. «Supondría sumar más pistas y llegarían más visitantes», manifiesta el propietario de Brisas del Cierzo. Gallegos y portugueses son los principales clientes de los alojamientos de la vertiente de Vegarada. El alcalde también está convencido de que la alianza con Asturias multiplicará el potencial de Riopinos. Este sector de la estación leonesa cuenta con media docena de pistas y tres remontes. Suma 5,6 kilómetros esquiables, de los 34 totales que contabiliza el enclave invernal.