Diario de León

La consecuencia de las reformas

Jubilarse: cada vez más difícil

A partir de enero, serán necesarios 65 años y diez meses, dos más que ahora. Para poder retirarse con los 65 años es necesario haber estado pagando las cuotas a la Seguridad Social durante 37 años, dos años más

Jubilarse será cada vez más difícil. ALBERTO VALLÉS

Jubilarse será cada vez más difícil. ALBERTO VALLÉS

Publicado por
Lucía Palacios
León

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El nuevo año, como todos desde 2013, trae nuevas condiciones para poder acceder a la jubilación que no son sino un endurecimiento de las exigencias: la edad para el retiro se pospone hasta los 65 años y 10 meses y solo quienes hayan cotizado más de 37 años podrán hacerlo a los 65. No solo eso: para calcular la cuantía de la pensión se tendrán en cuenta los últimos 23 años trabajados, lejos ya de los 15 años que se computaban en 2012.

Edad oficial para jubilarse

Hay que trabajar dos meses más para poder jubilarse. La reforma de 2011 estableció que la edad legal sería 67 años a partir de 2027, aunque aquellos que hubieran acumulado más de 38 años y medio mantenían su derecho a jubilarse a los 65 con el 100% de su pensión. Pero lo hizo de forma progresiva, de manera que cada ejercicio hay que ir sumando varias semanas más de trabajo para poder ser pensionista sin perder dinero. 

A partir de enero, serán necesarios 65 años y diez meses, dos más que ahora, para quienes no tengan carreras largas de cotización. El periodo cotizado exigido también se eleva en tres meses y para poder retirarse con los 65 años de antaño será necesario haber estado pagando las cuotas a la Seguridad Social durante 37 años, dos años más que en 2012.

 

Años de cómputo

Se tomarán los últimos 23 años para el cálculo. En paralelo al aumento gradual de la edad legal de jubilación comenzó a elevarse el periodo de cómputo para calcular la cuantía de las nuevas pensiones, aunque en este caso de forma aún más acelerada. 

Si antes de la reforma se utilizaban los últimos 15 años de cotización, en 2022 se tendrán en cuenta los últimos 25 años. En 2020 se suma un año más y se calcularán las pensiones con los últimos 23 años de trabajo, con lo que la base reguladora saldrá de dividir por 322 las bases de cotización durante los 276 meses anteriores al momento de dejar la vida laboral. Y lo más probable es que esta situación no se quede aquí y se termine utilizando el cómputo de toda la vida laboral para el cálculo de la pensión de jubilación, como sucede en muchos países.

 

Cuantía de la pensión

Serán necesarios 36 años de trabajo para cobrar el 100%. Se endurecen también las condiciones para cobrar el 100% de la pensión pública: en 2020 será preciso tener 36 años cotizados, aumentando en seis meses lo que se pedían entre 2013 y 2019.

 

Jubilación parcial

Más edad para acceder y más años de cotización. Los requisitos de acceso cambian para poder acogerse a la jubilación parcial, que posibilita compatibilizar la jubilación y un puesto de trabajo a tiempo parcial. En enero se necesitarán ya 35 años o más cotizados para acceder a la jubilación parcial con 61 años y 10 meses (en 2019 podría hacerse con 61 años y 8 meses), edad que se amplía a los 62 años y 8 meses (cuatro meses más que ahora) para los que dispongan de 33 años cotizados.

 

 

Concentración de pensionistas para reivindicar unas pensiones públicas dignas. LUIS TEJIDO

Y con las pensiones, ¿qué pasa?

Una subida de las pensiones del 0,9%, ¿ya en enero? Las pensiones volverán a subir en 2020 en línea con el IPC, aunque casi la mitad de lo que lo hicieron este año. Así se comprometió el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la pasada campaña electoral: las aumentará un 0,9% porque así estima que se incremente la inflación, lo que supondrá de media casi 9 euros más al mes, 10,2 euros para los jubilados.

Pero sobre esta revalorización planean dos dudas: ¿podrá hacerse finalmente en enero como prometió el presidente aún estando en funciones? ¿Habrá una subida mayor para las pensiones mínimas y no contributivas como así ha sido en los dos últimos ejercicios? Al menos la primera pregunta se resolverá en pocos días y, si finalmente no llegara a aprobarse a final de año, en enero los mayores tendrán que conformarse con el 0,25% que hoy por hoy establece la ley, pero la subida se aplicará con carácter retroactivo, según explicaron fuentes del Ministerio, que dijeron desconocer si habrá mayor alza para las prestaciones más bajas.

Sin ‘paguilla’ en febrero 

c Los jubilados este año ganan poder adquisitivo. Lo que no recibirán el próximo año los más de 8,2 millones de pensionistas es esa ‘paguilla’ que sí les abonaron en febrero para compensarles por esa décima de desviación de la inflación y que supuso una media de 13 euros por barba. Y es que en realidad los jubilados este año han ganado bastante poder adquisitivo, pues los precios han subido de media un 0,7%, menos de la mitad que su revalorización. No obstante, la ministra de Trabajo en funciones, Magdalena Valerio, sí se comprometió a que si en 2020 la inflación es mayor que esa subida del 0,9% volverá a abonarles la diferencia a inicios del siguiente ejercicio.

La ‘hucha’, en mínimos 

c El dinero ya no da ni para un cuarto de paga. Para 2020 no podrá ya recurrirse a la ‘hucha’ de las pensiones para hacer frente al pago de las extras después de que el Gobierno haya retirado otros 2.900 millones en este ejercicio. Se queda así casi vacía, con apenas 2.150 millones, por lo que no le da ya ni para abonar un cuarto de una nómina mensual.

 Y es que en apenas ocho años el Ejecutivo ha fundido todo el dinero que había ido acumulando en los tiempos de superávit para abonar la jubilación a la generación del ‘baby boom’: han extraído más de 80.000 millones. Por eso, ahora el Ejecutivo se ve abocado a tirar también de créditos y transferencias puesto que los ingresos por cotizaciones no llegan para hacer frente a un gasto de casi 150.000 millones anuales. 

Eso, hasta que llegue la ansiada reforma del sistema.

 

Una pareja de pensionistas caminan por una calle. JESÚS F. SALVADORES

Un cotizante por cada pensionista

La OCDE avisa: en 2050 habrá poco más de un cotizante para sostener a un pensionista La tasa de dependencia se duplicará con creces hasta el 78%, la tercera más alta de todos los países desarrollados . El envejecimiento de la población se acelerará «bruscamente» en España.

Así lo advierte la OCDE en el informe que publicó recientemente bajo el título ‘Pensions at a Glance’, en el que resalta que esta tendencia al envejecimiento «seguirá presionando» al sistema de pensiones español, más si no se realizan reformas e incluso si las medidas que se habían puesto en marcha para garantizar o al menos mejorar la sostenibilidad del sistema quedan en suspenso, como el Indice de Revalorización de las Pensiones (IRP) y el factor de sostenibilidad aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Así, en 2050 habrá 78 personas con más de 65 años por cada 100 en edad de trabajar (entre 20 y 64 años), frente a los 33 mayores por cada 100 que se registra actualmente, según se refleja en el mencionado estudio. Esto significa que la tasa de dependencia se habrá duplicado con creces en tres décadas hasta situarse a la cabeza de la OCDE, según las proyecciones de la ONU, que son más pesimistas que las de Eurostat, que reflejan un aumento un poco menor. 

En cualquier caso, España se mantiene a la cabeza de los países más envejecidos y con un peor ratio cotizante/pensionista, solo por detrás de Japón (con una tasa de 80,7%) y Corea (78,8%), hasta el punto de que su tasa se sitúa más de 30 puntos por encima de la media de la OCDE, que pasará del 31% actual al 53% en 2050. Esto supone que en tres décadas habrá poco más de un cotizante por cada jubilado, frente a los 2,3 actuales.

Hasta hace poco tiempo se consideraba que dos afiliados por pensionista eran suficientes para mantener el sistema, pero ahora se ha visto que no, puesto que la Seguridad Social arrastra un déficit superior a 17.000 millones de euros. Por ello, es todavía más alarmante pensar que en 30 años esta ratio caerá hasta poco más de un trabajador por pensionista, algo que pone «una enorme tensión» sobre el sistema, según avisa la OCDE.

 Y es que la tasa de empleo en España disminuye rápidamente a medida que se pasa a edades más avanzadas y está por debajo del promedio de la OCDE para todos los grupos de edad entre 55 y 69 años.  Esto se refleja en la muy baja edad promedio efectiva de salida del mercado laboral, que se sitúa en los 62 años para los hombres y 61 para mujeres, lo que representa tres años por debajo del promedio de la OCDE.

  «La evolución reciente del mercado laboral puede cuestionar la adecuación de los ingresos de los futuros jubilados», avisa este organismo.

 

El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. SEBASTIAO MOREIRA

Lo que hicieron Rajoy y Zapatero

Estos cambios son consecuencia de la reforma de las pensiones aprobada en 2011 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero —con el consenso del resto de partidos y agentes sociales—, que introdujo una serie de medidas que comenzaron a aplicarse de forma progresiva a partir de 2013 con el objetivo de retrasar la edad de retiro y, en cierta forma, reducir la cuantía, sobre todo si no se cumplen con las nuevas condiciones. 

En definitiva, que hay que trabajar un poco más para poder jubilarse, sobre todo si se quiere acceder a la mejor prestación posible.

No es ésta la última reforma del sistema, sino que en 2013 el Ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó otra más —en este caso sin ningún tipo de acuerdo— con el objetivo de reducir el gasto en pensiones ante el déficit que arrastra la Seguridad Social. 

Las dos grandes medidas que introdujo están por el momento congeladas. Se trata del polémico Indice de Revalorización de las Pensiones (IRP), que abocaba a las prestaciones a una subida mínima del 0,25% mientras hubiera déficit y que no se ha aplicado en los dos últimos ejercicios, y el Factor de Sostenibilidad, ese mecanismo de ajuste que reducía la pensión de los nuevos jubilados en función de la esperanza de vida y cuya puesta en marcha se ha retrasado hasta 2023. Lo más probable es que se dé carpetazo definitivo a estos dos elementos correctores con el nuevo gobierno.

El expresidente del gobierno Mariano Rajoy. JUANJO MARTÍN

 

Cuatro de cada diez se retiran antes de los 65

La edad real de jubilación toca máximos pero cuatro de cada diez se retiran antes de los 65. Uno de los objetivos de la reforma de las pensiones de 2011 era ir alargando la edad de jubilación y, de hecho, fijarla legalmente en los 67 años para 2027.

Pero esta edad que marca la ley no coincide realmente con lo que ocurre en la vida real, puesto que la norma tiene excepciones y también es posible jubilarse antes si perteneces a una serie de colectivos o si se tienen largas carreras de jubilación.

Así, en la actualidad la edad a la que la gente se jubila se sitúa de media en los 64,4 años, es decir, más de un año por debajo de lo que marca ahora la ley y dos años menos de lo que se espera conseguir en 2027. Y eso que la reforma de las pensiones está logrando avanzar en su objetivo —aunque lentamente— y se ha conseguido retrasar en la última década en algo más de seis meses la edad efectiva de retiro hasta situarse en máximos.

Es más, en este ejercicio se ha registrado uno de los mayores avances, ya que en lo que llevamos de año se ha retrasado en más de dos meses la edad de retiro hasta situarse en los 65 años y cinco meses, todo un récord.

Pese a ello, todavía a día de hoy cuatro de cada diez personas pasan a ser jubilados con menos de 65 años, un porcentaje que también se ha reducido a buen ritmo en 2019, puesto que el año pasado suponía un 43% de todas las altas.

Desde el Banco de España volvieron a pedir recientemente al Gobierno que mejore los incentivos que existen para retrasar voluntariamente la edad de jubilación. Según un análisis realizado por el supervisor, el sistema de pensiones genera un rendimiento real esperado por encima del 2% para un cotizante con una carrera de 39 años y posponer la edad de jubilación no genera un mayor incentivo en términos de retorno, es decir, que no por salir más tarde del mercado laboral se va a cobrar una mayor prestación, algo que —a su juicio— debería cambiar.

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