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Tribunales

La jueza archiva el crimen de Navatejera tras quince años de investigación en balde

El auto de sobreseimiento asegura que no hay pruebas contra los sospechosos y que quedan otras hipótesis abiertas

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La titular del juzgado de Instrucción número 3 de León decretó el archivo provisional de la causa abierta por el fallecimiento de Roció Fernández Ameijeiras, la joven desaparecida a finales de mayo de 2005 y cuyo cadáver apareció en un vertedero de Navatejera en junio del mismo año. Sostiene la magistrada que no hay indicios suficientes como para encausar a los sospechosos y abre el abanico de hipótesis a otras posibilidades: «No hay que descartar que se tratara de una muerte accidental».

El auto de sobreseimiento provisional explica que de lo actuado hasta el momento, «no resultan indicios suficientes para imputar a los investigados o a otras personas determinadas la autoría de los hechos investigados, con exclusión de otras alternativas posibles, como detalladamente se expone en el auto de fecha 7 de agosto de 2012, cuya argumentación se acoge en su totalidad y se da por reproducida en evitación de reiteraciones innecesarias, sin que las diligencias practicadas con posterioridad arrojen alguna luz a la instrucción».

Es más, «ni siquiera aparece debidamente justificada la perpetración del delito de homicidio doloso que ha dado motivo a la formación de la causa, con exclusión de otras posibilidades, dado que el informe médico-forense concluye que se trata de una probable muerte violenta, pero no excluye la posibilidad de una muerte accidental o incluso natural que motivase a quienes lo presenciasen a desvincularse del cuerpo por miedo a verse responsabilizados de la misma, sobre todo si esta hubiera ocurrido en una situación susceptible de reproche penal, social o moral en la que Rocío se encontrase participando o simplemente observando, como podría ser, a título de ejemplo, un suicidio, un aborto espontáneo o provocado, una sobredosis por consumo ocasional de drogas, o incluso una muerte súbita o causada por la existencia de alguna patología previa no diagnosticada».

Otras opciones
«No se descarta que la muerte pudiera haber sido accidental, como informan los forenses»

DOS SOSPECHOSOS

El cadáver de Roció Fernández Ameijeiras apareció en tan avanzado estado de descomposición que no fue posible determinar la causa de la muerte. Un joven de Villablino al que la familia exculpó desde un primer momento y otro varón al que los padres de la fallecida atribuían una relación sentimental con ella fueron los principales sospechosos. Contra ninguno de los dos se han hallado pruebas concluyentes.

«A ello se añade que no aparecen indicadas otras diligencias que practicar que permitan esclarecer los hechos y determinar la causa del fallecimiento, la autoría del delito que pudiera constituir, e incluso la posible extinción de responsabilidad criminal de autores aún no investigados por prescripción del delito que hubiesen podido cometer en relación con el fallecimiento de Rocío, en caso de no tratarse de un homicidio doloso; por las mismas razones, no cabe excluir de forma definitiva la participación de ninguna persona en los hechos investigados».

NO MÁS PRUEBAS DE PELOS

«Concretamente, no procede acordar ni el análisis genético de los pelos ni un nuevo análisis morfológico de los mismos, dado que, como señala el médico forense respecto al primero, y es aplicable al segundo, no permiten individualizar a una persona en particular y son completamente inútiles, tanto para determinar la data y las causas inmediatas y fundamentales del fallecimiento de una persona, como para intentar establecer en qué momento se ha podido producir la transferencia de los pelos, no pudiendo, por tanto, siquiera por aproximación, determinar si dicha transferencia se ha producido entre el fallecimiento y el enterramiento, o en un momento anterior o posterior a los mismos, del mismo modo que no pudo explicarse la razón de la presencia del pelo de caballo en el cuerpo de la fallecida».

La jueza cierra su auto explicando que el archivo no es definitivo y que si apareciesen nuevos indicios, podría reabrirse la causa, ya prearchivada en 2012.

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