Diario de León

La religión de la libertad

Mediante el rescate y rehabilitación de animales de granja y la promoción del veganismo, León Vegano Animal Sanctuary —situado en la provincia de León— trata de crear un mundo en el que se termine con el especismo

El Santuario tan solo cuenta con media hectárea para cien animales que lo habitan

El Santuario tan solo cuenta con media hectárea para cien animales que lo habitan

Publicado por
MIRIAM BADIOLA
León

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Ginger se sube al poste más alto de su granja y mira al horizonte. «¿Qué será eso a lo que llaman libertad?», se pregunta un día más. Corre el año 2000 y la granja a la que pertenece la gallina protagonista de Evasión en la granja mata diariamente a todo aquel ave que no cumple con su promedio de huevos diarios. Harta, Ginger decide crear junto a sus compañeras de cautiverio el plan de fuga que las lleve al otro lado de la alambrada, donde su vida se plantea, como mínimo, duradera.

Viajemos ahora en el tiempo y situémonos en la provincia de León en el año 2013. La protagonista es Edith, una oveja que nació y vivió casi toda su vida en una explotación interesada únicamente en sus corderos y su lana. Con el paso del tiempo, Edith comenzó a sufrir el avanzar de los años y los achaques de una vida de sufrimiento, por lo que sus ‘verdugos’ decidieron comprarle un billete solo de ida hacia el matadero. Sin embargo, su destino cambió por completo cuando se cayó o escapó del camión que la dirigía a una muerte segura. Ese 10 de marzo de 2013 su vida cambió, al igual que la de Evelyn y Diango, a quienes pasó a estar vinculada para siempre.

Esta es, por tanto, una historia de libertad, de salvación, de esperanza. Es una historia de empezar de cero, de olvidar el sufrimiento, de ofrecer una alternativa de vida a aquellos animales cuyo destino se viste color negro. Es una historia que habla de santuarios muy alejados de órdenes religiosas, de la promoción del veganismo, de la voluntad de las personas como motor de cambio. Es la historia de Evelyn Gutiérrez y Diango Casabella y es también la historia de León Vegano Animal Sanctuary.

Fundado en el año 2013, esta organización sin ánimo de lucro está «impulsada por deseo de conseguir un mundo más justo para todos», según comenta Evelyn y centra todas sus acciones «en el rescate y rehabilitación de animales explotados y la concienciación en el veganismo como motor para hacer realidad el sueño de un mundo sin especismo». El paso de los animales por el Santuario sigue un sencillo proceso. Así los animales, siempre de granja, son rescatados y recuperados en sus instalaciones, pero nunca abandonan el lugar, ya que se quedan a vivir para siempre en él.

Los más de 200 animales que han pasado por el santuario durante sus dos años de funcionamiento llegan a él tras haber sido abandonados «por sus explotadores», por estar enfermos o por no servir ya para el trabajo que desempeñaban. También llegan algunos tras haber sido decomisados por la Guardia Civil, por gente que «un día compró un animal determinado y después se dio cuenta de que ese no era su lugar» o por el fallecimiento de señores «que han dejado a sus animales encerrados en las cuadras».

Una vez pisado en Animal Vegano Sanctuary, los animales los atraviesan un periodo de cuarentena en aras de su completa adaptación y, poco a poco, «cuando se van dando cuenta de que no se les va a hacer nada», se les reúne con el resto de habitantes de este peculiar santuario. Todo ello realizado en un espacio de media hectárea para los cien animales actuales, que cuenta con refugios para cada especie – piscina para patos, zona para aves, vallado para ovejas-, zonas verdes comunes, cobertizos o comederos. Es por ello que el centro necesita ampliar su espacio y poder así «rescatar animales más grandes como vacas, toros, caballos o burros».

El porqué de la no adopción o puesta en vida salvaje de estos animales rescatados es explicado por Evelyn de una forma muy sencilla. «Los animales que rescatamos son animales que la mayor parte de la población se come y entregarlos en adopción supondría un riesgo muy elevado para su vida al no poder garantizar que quienes los acojan sean veganos». Pero ese no es el único motivo, sino que se trata también una cuestión de preocupación psicológica por unos animales que llegan en un estado realmente lamentable, «maltratados, hembras embarazadas o en familia y que cuesta mucho socializar», por lo que «si se rompieran esos lazos sufrirían una herida irreparable».

Esta promoción de la vida vegana es uno de los preceptos básicos del santuario puesto en marcha por Evelyn y Diango al considerarla «la única forma de respetar a todos lo animales, siempre desde una postura abolicionista que busca erradicar cualquier tipo de uso y/o explotación de los animales». Del mismo, también apuestan por concienciar de forma activa a la población, para lo que realizan «visitas didácticas para explicar a la gente cómo son realmente estos animales».

La participación del voluntariado en la misión de este paraíso animal se produce principalmente a través de su página web (www.leonveganoanimalsanctuary.org), donde los ciudadanos pueden realizar una aportación económica variable en función del tipo de involucración. Así, si se desea ser socio se podrá hacer por tan solo 6 euros al mes. Si se prefiere ser padrino o madrina de un animal, el coste será de 10 euros y se te permitirá conocer tanto la historia por la que ha pasado tu amigo como su evolución y estado dentro del centro. También existe la opción de legar tus bienes tras tu muerte, con el fin de mejorar la calidad de vida de los animales rescatados. Finalmente, se puede realizar una aportación económica mediante la plataforma Teaming desde un euro al mes (www.teaming.net/leonveganoanimalsanctuary).

Un nuevo mundo animal es posible. Uno alejado de explotación, de sufrimiento y, especialmente, de maltrato. Un mundo en el que las gallinas no necesitar urdir un plan para fugarse de la granja porque viven, finalmente, libres. En el que Beth no necesita saltar de un camión para evitar ser llevada a la morgue. En el que cada uno aporta su grano de arena para que personas como Evelyn y Diango puedan hacer que cada vez más animales conozcan el significado de la palabra libertad.

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