Diario de León

LOS INSTRUMENTOS DE LA DGT

León enfila un tramo de concentración de radares en la N-120

Cinco dispositivos de vigilancia de la velocidad en diez kilómetros de vía convencional entre la capital leonesa y Villadangos convierten a la arteria con más intensidad de tráfico de la provincia en referencia de control de la circulación en toda la red de carreteras del Estado.

El radar de Oteruelo.

El radar de Oteruelo.

Publicado por
L. URDIALES | LEÓN
León

Creado:

Actualizado:

Cinco radares en diez kilómetros es un dato inusual. Otro aporte insólito de León a la estadística y anales del control de tráfico, que se localiza en la carretera nacional más recurrente de las que atraviesan la provincia leonesa. Cinco radares en diez kilómetros es una secuencia posible que se localiza en la N-120, la León-Astorga según la definición popular, que entre la densidad circulatoria al oeste de la capital leonesa presenta un sucesión de dispositivos sin precedentes ni comparación; al menos, en lo que hace referencia en una carretera del catálogo de las de la red nacional, a la que no le asiste ninguna de las características que distinguen por las prestaciones de la alta capacidad. El tramo más próximo a la ciudad leonesa ya era un territorio vigilado en extremo; desde que en noviembre entró en funcionamiento el visor de Oteruelo, la situación de custodia es extrema. Cinco radares, uno de ellos de los denominados de tramo, entre los kilómetros 307 y el 317 del vial; en el mismo cauce y para escanear a los mismos usuarios, que cada día acuden por millares a esta vía como mejor solución para comunicarse con el oeste del territorio. Estrenaron actividad a la orilla de la nacional tres radares fijos, que repasan el tránsito diario de veinte mil vehículos; testigos desde hace más de una década, de las variaciones en los hábitos de los conductores que inciden en el itinerario elegido con la entrada en servicio progresiva de nuevos ramales de circunvalación que permiten evitar el trayecto de la carretera nacional para abordar los accesos a la capital leonesa. Aunque el grueso de la intensidad media de la vía no ofrece variaciones sensibles; si acaso, por incremento de las referencias de circulación.

En el trayecto en dirección a Astorga se encuentra el conductor con un radar de tramo, que abre paréntesis de control en el kilómetro 317 de la Nacional 120, y que disuade al usuario de dar rienda suelta a la presión circulatoria que puede acumular en el trecho inmediato, cuando la carretera se enfrasca en travesías urbanas, con el corsé de una línea de continua que impide adelantamientos y el corsé del límite a cincuenta kilómetros por hora.

El techo coercitivo parecía insuperable; pero se hizo añicos hace a penas un par de meses, con la prestación del quinto radar, que desde el kilómetro 307, en el término municipal de León, sujeta la afluencia de vehículos en plena rasante de la N-120. Esta de Oteruelo se estrenó como una celebridad en el mapa de los radares de la red nacional por su eficiencia en el propósito de todo dispositivo de este género, que es localizar a quien vulnera la norma. La primera evaluación de actividad en la primera semana de servicio arrojó números de récord: casi 250 infracciones al día entre una media de 16.000 vehículos verificados.

Cinco radares en diez kilómetros en la N-120 en su tramo inmediato a la capital leonesa admite variables; la media se estrecha y se hace extravagante cuando entran en liza los dos radares móviles que salen habitualmente al borde de la carretera a ajustar más vigilancia. Es frecuente ver en el área a los dos vehículos rotulados de la DGT que operan en los municipios de Valverde y León.

tracking