madrid: el feminismo cambia los actos masivos por homenajes

La capital vivió ayer un 8-M atípico. Las tradicionales manifestaciones multitudinarias habían sido prohibidas por la Delegación del Gobierno, una decisión avalada por la justicia al entender que suponían «un grave riesgo para la salud pública y para las personas, tanto para los propios manifestantes como para quienes pudieran tener accidentalmente contacto con ellos». De manera que el movimiento feminista se reinventó y convirtió los actos tradicionalmente masivos por homenajes y gestos simbólicos —en la imagen, la Universidad de Alcalá—. Pero hubo movilizaciones que sortearon la prohibición. El Paseo de las Delicias, el barrio de Lavapiés o la plaza de Cánovas del Castillo fueron escenario de actos espontáneos, muchos de ellos grabados en vídeos publicados en las redes sociales y que fueron seguidos por muchas mujeres desde balcones y ventanas adornados con el color morado representativo del Día de la Mujer.