Piden solucionar el paso de pacientes de UCI a Intermedios para no propagar infecciones

El personal del área quirúrgica del Complejo Asistencial Universitario de León (Caule) exige poner fin a una situación que consideran «aberrante» al seguir funcionando como UCI extendida la unidad de cuidados intermedios (Ucin). Una medida que se adoptó durante la pandemia por la falta de camas para pacientes de cuidados intensivos, pero que ahora «está poniendo en riesgo las medidas de seguridad contra los riesgos biológicos y la atención de los propios enfermos», según indican en una extensa carta al gerente.

En ella señalan que los cuidados intermedios se enmarcan físicamente dentro del bloque quirúrgico «a todos los efectos», porque se usa para la circulación de camas de enfermos que entran y salen de operarse, del personal que va a analíticas, hacia los almacenes, los vestuarios y baños. Por eso advierten que ese espacio «no puede sostener de manera indefinida cuidados de pacientes de UCI», sobre todo, cuando ya no existe «emergencia sanitaria» y al no disponer del espacio físico «suficiente con boxes abiertos, solo separados por cortinillas y con apenas separación entre cama y cama».

El personal de enfermería valora que esas características «complican» una atención adecuada a enfermos tan específicos y favorece la expansión de infecciones. De hecho, y a que a pesar de los protocolos de control e higiene, diez de cada cien pacientes ingresados en unidades de cuidados intensivos contraerán, al menos, una infección nosocomial (las adquiridas durante la estancia en el Hospital y que no tenía ni estaban en periodo de incubación en el momento de su ingreso). Y de ellos, uno de cada 10 fallecerá, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El impacto que tienen las infecciones relacionadas con la atención de la salud en la vida de las personas es incalculable. Más del 24% de los afectados por septicemia de origen nosocomial y el 52,3% de esos pacientes tratados en una UCI mueren cada año. El porcentaje es similar a lo que ocurre en el resto de centros sanitarios del país, pero en León esos microorganismos han encontrado «un agujero» más por donde escaparse, según estiman, en la unidad de cuidados intermedios al seguir asumiendo pacientes de la UCI que conviven con otros aquejados de politraumatismos con grúa y postoperados. La Ucin está concebida para pacientes que previsiblemente presentan un bajo riesgo de necesitar medidas terapéuticas de soporte vital, pero que requieren más monitorización y cuidados de enfermería de los puedan recibir en una planta de hospitalización convencional. Una función que el personal exige recuperar y liberarse de ser UCI extendida.

Satse pone el acento, además, en que la UCI posee un ratio de una enfermera para dos pacientes y en la Ucin cada profesional atiende a tres y sin tener la preparación específica para ese tipo de pacientes complejos ni la aparatología, además «del flujo libre de bichos que se produce porque carece de las medidas de contención de la UCI». Otra consecuencia es que al «colapsar» Intermedios con pacientes UCI se quitan camas para las personas que necesitan cuidados al salir de una operación, ya que en esta zona se quedan entre dos y tres horas vigilados.

El Hospital asegura que está buscando una solución para evitar la expansión de infecciones. De hecho, llegó a cerrar durante dos días la zona de Intermedios, pero se reabrió a la espera de solventar la necesidad de camas para críticos. El personal insiste, no obstante, en que «de nada sirve aplicar las medidas preventivas que incluye el protocolo de Infección Quirúrgica Zero, si los quirófanos están expuestos al trasiego de pacientes de UCI y del personal que los atiende con todo lo que dicha exposición conlleva ya que muchas veces están contaminados».