Diario de León

Soterramiento

El rechazo social lleva a Cabañas a plantearse un referéndum sobre el remiendo del plan de Adif

La alcaldesa intentó capear la agria polémica que suscitó la propuesta de los subterráneos en la primera reunión vecinal

M. P. / FERNANDO OTERO

M. P. / FERNANDO OTERO

León

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En el huracán informativo que levanta el tren a su paso por San Andrés del Rabanedo, ayer quedó claro la agria polémica que suscita cualquier propuesta que llegue del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) al municipio para salvar el escollo de las vías si es diferente al soterramiento. Una posibilidad de borrar de manera definitiva la fractura del ferrocarril que abrió en 2007 el anuncio del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que ningún otro político ha sido capaz de resucitar desde entonces.

En el ojo de ese huracán está precisamente ahora inmersa la alcaldesa de San Andrés, Camino Cabañas, quien trató ayer de suavizar los vientos en contra de su gestión abriendo el salón de plenos a la ciudadanía para explicar «la gran oportunidad» que, a su juicio, se presenta al municipio «tras tres años de negociaciones» con la propuesta de Adif de tirar el puente de Trobajo del Camino que afea el pueblo desde los años sesenta, la flamante pasarela azul que sustituyó a la denominada de Miguélez y que no ha llegado a estrenarse por la fuerte presión vecinal, y la pasarela también polémica de Limonar de Cuba, cuyos ascensores llevan más de dos años y medio sin uso.

Escucha tensa

«Valoraremos la posibilidad de realizar un referéndum y si tiene más impacto hacer caso a los ciudadanos»

Esos tres elementos podrían desaparecer de la mano del proyecto de 50 millones que el Administrador puso sobre la mesa en la reunión con el Ayuntamiento el pasado día 7 y que implica construir dos subterráneos, uno con dos calzadas para vehículos y aceras peatonales siguiendo la traza de la pasarela azul, y otra solo peatonal y con carril-bici a la altura del parque Juan Pedro Aparicio. Sin embargo, esa idea fue recibida con un murmullo generalizado de rechazo, «mejor quedarse como estamos, me da grima», se oyó; «si se encajona el tren ¿qué ven los chalés de Limonar?», dijo otra; «¿pero dónde empieza y acaba la rampa de la pasarela, vende humo, no hay datos, no entran coches, aceras, urbanización y plazas de garaje, es imposible que lo tengo medido», prosiguió un interviniente.

El tono fue subiendo hasta increpar a la alcaldesa que no veían «ningún proyecto porque no traen ni una imagen». También ironizaron si «¿se tendrán en cuenta las inundaciones de Príncipe, que es la misma zona, y si serán los mismos ingenieros del puente de San Juan de Dios quienes hagan esta obra?».

En busca de consenso

«No es un proyecto que se va a hacer sí o sí, es una propuesta y nos gustaría que lo decida la mayoría»

Cabañas , desde un atrio y micrófono en mano, intentó esquivar los dardos y deshacer la madeja sobre si como gestora «le parece bien gastar dinero dos veces», lo que la llevó a tejer una respuesta negativa. «Claro que no estoy de acuerdo en hacer dos veces las cosas, pero la pasarela estaba firmada en 2014 y si el puente no hubiera que tirarlo porque cambió la normativa europea no se hubiera abierto esta ventana de oportunidad para mejorar ahora las soluciones de permeabilidad».

«Vende humo»

«No veo ningún proyecto porque no trae una imagen, dónde acaba y empieza la rampa, no trae datos»

Las dudas, discrepancias y peros de los sesenta vecinos que acudieron a esta primera llamada de la alcaldesa llevaron a Cabañas a extraer la conclusión de un referéndum. «Valoraremos la posibilidad de realizar un referéndum sobre la propuesta del tren, y si tiene más impacto hacer caso a los ciudadanos que al pleno, porque éste no es un proyecto que se va a hacer sí o sí, es una propuesta y nos gustaría que lo decida la mayoría».

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