Cita con la tradición
Las restricciones anulan el acto, pero no el aguinaldo
Las Concepcionistas reciben la visita del alcalde y del cronista oficial de la villa con ocasión de la festividad de la Inmaculada Concepción
El alcalde, junto a las Hermanas Concepcionistas. JESÚS F. SALVADORES
Faltó la mistela como faltan también los allegados (los de verdad) que estos días guardan las distancias para estrecharlas (...) en Navidades. No hubo ágape rico de viandas manufacturadas por la mano amorosa de las Hermanas Concepcionistas. Ni se pudo conversar en torno a la reja que separa el mundanal ruido cotidiano de los pensamientos más celestiales.
El virus se llevó, como lo hizo también el año pasado con las procesiones de la Semana Santa, una tradición hermosa y cariñosa que sirve a las hermanas para recibir el aguinaldo (este año solo se llevaron el dinero y la visita representativa del alcalde, José Antonio Diez y el cronista oficial de la villa, Maxi Cayón). Son las circunstancias de la vida.
Episodio histórico
Por eso León no pudo rememorar tampoco el episodio histórico del 7 de junio de 1810, cuando las tropas napoleónicas asediaban la semilla del Viejo Reino y se encontraron ya entonces con la respuesta de los leoneses, un centenar y medio contra un millar de galos. En un lance, un coracero acometió a los de León por el pasadizo de la escalerilla y en la caída murieron caballo y caballero. La tradición leonesa atribuye a la virgen tamaño milagro y convirtió la esquina en casa de la Inmaculada. Ayer seguía en su sitio, pero se quedó sin refrescar la memoria de la historia.
Será el año que viene, si quiere La Virgen de la Inmaculada Concepción. Sólo es cosa de paciencia. Y vacunas.
El alcalde, junto a las Hermanas Concepcionistas. JESÚS F. SALVADORES