«Somos prestadores de servicios»

Como indica el Estatuto que regula la actividad de la profesión, los Gestores Administrativos son profesionales titulados, (Económicas y/o Derecho), libres e independientes que, de modo habitual y con percepción de honorarios, informan, aconsejan, asesoran y representan a personas físicas o jurídicas, con mandato expreso o tácito, en el estudio, promoción, dirección, gestión y realización de toda clase de trámites y actuaciones que tengan relación con la Administración.

La preparación de los Gestores Administrativos es muy rigurosa.

«Nuestros despachos profesionales se han adaptado con gran profundidad a las nuevas tecnologías y, sobre todo, a las comunicaciones y a la seguridad de la información», asegura Miguel Ángel Alonso de Paz, delegado provincial del Colegio de Gestores Administrativos de Castilla y León. El ejercicio profesional podrá realizarse en todo el territorio, no sólo español sino europeo, bastando la colegiación en el colegio que corresponda al domicilio.

Pero toda esta labor de constante adaptación y reciclaje, «no sería posible sin el Colegio Profesional», puntualiza.

El Colegio de Gestores Administrativos suministra a sus colegiados los soportes adecuados que permiten el sostenimiento de la profesión. Una de las principales novedades es la introducción de la ventanilla única, para incrementar la transparencia de sus actividades y las garantías tanto para los colegiados como para usuarios y consumidores.

A través de la ventanilla única también los consumidores y los usuarios «podrán acceder a un registro de colegiados permanentemente actualizados, presentar reclamaciones y recursos, y acceder a información sobre el código deontológico de la profesión».

Los servicios profesionales que presta el Gestor Administrativo son bienes de confianza, tienen un valor real proporcionado y son garantía de una adecuada prestación de los servicios.

Los orígenes

Aunque la actividad de los Gestores Administrativos, tal como la conocemos hoy, nace en el año 1933, el primer documento que se conserva referente a la profesión se trata de una pragmática dada en Toledo en 1480, por los Reyes Católicos, donde figura con el nombre de solicitadores.

«Somos descendientes de aquellos solicitadores que tenían la competencia de asesorar a los comerciantes, extraños del reino, acerca de las obligaciones y pagos que debían tributar para comerciar libremente dentro de los límites del reino y de la propia ciudad. Eran los verdaderos expertos en asuntos mercantiles».

Se trata, por tanto, de una profesión que cuenta con una larga tradición en España y con el reconocimiento de la Administración.