Diario de León

INICIATIVA PIONERA

Veinte voluntarios se suman a combatir la soledad de 200 enfermos en el Hospital

Las trabajadoras sociales han detectado un aumento de los pacientes solos, el 50% de ellos con más de 75 años.

Los carteles para formar el Voluntariado Hospitalario se colocaron el pasado mayo. FERNANDO OTERO

Los carteles para formar el Voluntariado Hospitalario se colocaron el pasado mayo. FERNANDO OTERO

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p. infiesta | león
León

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Si existe una ‘ciudad’ en la que se han agudizado los casos de soledad es el Complejo Hospitalario Universitario de León (Caule), donde el servicio de Trabajo Social se encuentra desbordado por el aumento de enfermos en desamparo que necesitan ayuda. Cada mes atienden ya a 200 pacientes que pasan las horas sin compañía de familiares o amigos. Una nueva realidad que han constatado en los últimos meses y que, en lugar de remitir, aumenta. Para tender la mano a este tipo de usuarios solitarios se acaba de poner en marcha un Plan de Voluntariado que ya dispone de una veintena de colaboradores.

El primer paso fue colocar en las paredes del Hospital el pasado mes de mayo unos carteles con la oferta para captar voluntarios, «y la respuesta fue espectacular», según reconocieron las tres trabajadoras sociales. Tras un curso de formación, los primeros han comenzado este mes a acompañar, sobre todo, a personas mayores de 75 años, que representan la mitad de los enfermos más aislados. Muchos llegan al centro hospitalario solos para una consulta externa y necesitan que les guíen por el laberinto de pasillos. También se dedican a paliar el hastío de este tipo de usuarios con juegos de mesas y lecturas, y a interesarse por las necesidades de los¡ más abandonados.

Se trata de una iniciativa pionera en la que participan tres voluntarios en el turno de mañana y otros tres en el de tarde, además de un grupo específico para el Hospital Monte San Isidro. La idea es que también lleguen a cuidar a los enfermos que obtienen el alta, pero requieren continuar una rehabilitación en sus propios domicilios. «Algunos pacientes agradecen que se juegue un parchís con ellos para romper el tedio de las tardes solos; otros, un poco de atención; una sonrisa; que les hables; que les acompañes o les resuelvas algunas gestiones», indican.

Incluso en la nueva realidad social que describen, las trabajadoras sociales del Hospital han tenido que mediar en conflictos familiares, porque los descendientes no se ponen de acuerdo en llevar a su padre o a su madre a una residencia, contratar a una persona que les ayude en su domicilio o intentar que sigan internados.

Entre las múltiples situaciones que abordan las trabajadoras sociales, la que más se encuentran «es la soledad. No es un perfil sanitario, es una realidad nueva y un problema nuevo. Esa respuesta antes la daban las familias, no la sanidad, pero ahora se necesita, porque la familias no están ahí para atenderles. ¿Qué haces con una señora operada de la cadera, que antes iba a casa de uno de sus hijos, pero ahora no pueden porque trabajan, viven fuera y carecen de medios para contratar a alguien?», señalan.

La enfermedad ejemplariza la encrucijada que vive León, con una población envejecida y falta de trabajo que ha enviado a sus descendientes fuera de la provincia, lo que incrementa su soledad. El Plan de Voluntariado que acaba de arrancar en el Hospital, aspira a extenderse a todo el Complejo Asistencial Universitario, donde ya trabajan once trabajadoras sociales.

Los voluntarios ejercerán un papel muy importante, además, respecto a ancianos que viven en residencias y acuden a revisiones. «Los traen hasta aquí y los dejan en la puerta. Si sus familiares no pueden acompañarles o carecen de dinero para buscar a alguien que les ayude, se quedan en la entrada, la mayoría de las veces, desorientados».

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