Diario de León

Abre la Cueva de Valporquero

El viaje al centro de la tierra de León

Visita a la Cueva de Valporquero. RAMIRO

Visita a la Cueva de Valporquero. RAMIRO

León

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El viaje al centro de la Tierra de León aparece como el tercer reclamo natural turístico de la provincia leonesa, detrás de las Médulas y las estaciones de esquí; remoto, e íntimo, como casi todo el territorio leonés, periferia de la periferia, la Cueva de Valporquero recupera la dimensión de la grandeza interior que es el final de un camino que mueve turistas por miles, y se eleva sobre casi todos los objetivos de promoción de León, en ese centro alto del Torío, y sus hoces, también hito natural que es paradigma de los recursos endógenos puestos al servicio del desarrollo social y económico del entorno. Al margen del repertorio que nutre los programas políticos en época electoral, la Cueva de Valporquero recupera en marzo el programa de visitas que pudo sostener a duras penas en los dos últimos años entre las medidas restrictivas, por mor de la pandemia. El último ejercicio cerró con un registro por encima de las 42.000 visitantes.

La cueva, ayer. RAMIRO

La cueva, ayer. RAMIRO

Valporquero abre las puertas mientras se adivina el final del invierno en el alto Torío, con su secuencia de estancias; desde el emboquille a la Atalaya, que deja ver la piel arrugada y exuberante que cubre este escenario, a 1.400 metros de altitud. El resto del recorrido son entrañas, las pequeñas maravillas, las gran rotonda, las hadas, el cementerio estalactítico, la gran vía, el chaflán a la entrada del curso de agua; la columna solitaria, que se eleva hasta perderse en una secuencia infinita de agujas de estalactitas; justo antes de una sima y un vacío de más de 50 metros que es el lecho del río subterráneo de Valporquero.; otra sala de este palacio de ecos y contrastes por destello, de aristas relucientes, de silencios prolongados por pasillos y cúpulas a capricho de la fuente original de las cosas de este mundo, toma el nombre de Maravillas, enfático, por esa concatenación de espectáculo infinito que ha bautizado esta esquina espectacular de la montaña leonesa.

Visite Valporquero, animaban los primeros cartelones promocionales con los que creció la anterior generación de leoneses, que empezaron a descubrir en la infancia que en el territorio había joyas bajo el manto del paisaje. Visite la Cueva de Valporquero va por su quincuagésimo sexta temporada, desde su debut de abierto al público en 1966.

Una de las formaciones milenarias de la cueva. RAMIRO

Una de las formaciones milenarias de la cueva. RAMIRO

Valporquero se ofrece en tres dosis: Recorrido Normal: Visita de las cinco primeras salas con una duración de una hora; minutos que se realiza todos los días de apertura al público. Recorrido largo: visita de las siete salas, con una hora y media de recorrido, desde mediodía hasta las tres y media de la tarde. Y el paquete de Valporquero Insólito, que se arma como una visita turística para grupos reducidos que suma el recorrido largo la parte alta de la sala de Pequeñas Maravillas, la galería de acceso al Curso de Aguas, la zona baja de la sala de Maravillas, el lago y el final de la Cueva. Un tramo del recorrido se realiza a oscuras y la vuelta se realiza con la iluminación de salas. La duración aproximada es de dos horas y media a tres horas. La reserva se tramita en una plataforma electrónica.

La historia de la Cueva de Valporquero traslada a un millón de años atrás, en el Pleistoceno de la era Cuaternaria, cuando el hombre iniciaba su andadura por la Tierra, las frías aguas del arroyo de Valporquero empezaron a colarse a través de los poros, fisuras y grietas de la roca caliza, disolviendo sus entrañas lenta y tenazmente, abriéndose el corazón de la montaña leonesa para descubrirnos las increíbles maravillas subterráneas, recoge entre trazas líricas el soporte que sobre este recurso turístico edita la Diputación de León.

Formaciones extraordinarias durante el paseo de ayer. RAMIRO

Formaciones extraordinarias durante el paseo de ayer. RAMIRO

La geología amasa las dimensiones inesperadas y volúmenes descomunales van abriendo un sendero repleto de luces y sombras, permitiéndonos admirar miles de formaciones calizas esculpidas por la mano caprichosa del tiempo, con sus formas, tamaño, brillos y colores diferentes que se suceden a lo largo de las siete salas visitables. La invitación que gira la Diputación de León abre el calendario de temporada de este tesoro de los valles del Torío alto.

En los meses de marzo y abril, los días de apertura al público son de jueves a domingos y festivos (Toda la Semana Santa incluida y el Lunes de Pascua).

Valporquero abre de nuevo sus puertas y aunque ha eliminado los aforos, los visitantes deberán mantener la distancia de seguridad

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