Diario de León

Tribunales

La víctima de una presunta violación en San Juan quedó «paralizada» y no se defendió

Ratifica la presunta agresión sexual que el acusado niega durante el juicio que se celebra hoy en la Audiencia Provincial

Un momento del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial. RAMIRO

Un momento del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial. RAMIRO

León

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La víctima de la presunta violación ocurrida en la noche de San Juan de 2019 ratificó ayer los hechos y aseguró que el acusado, uno de sus «mejores amigos» por aquel entonces, la agredió sexualmente a pesar de que «intenté escaparme, distanciarme de él y le dije varias veces que no quería», declaró, protegida por un biombo, durante el juicio que ayer se celebró en la Audiencia Provincial de León.

La joven tardó ocho días en poner la denuncia ante la policía porque, según relató, «estaba aterrada» y no se atrevió a dar el paso hasta que se lo contó a su madre. Explicó, además, que si amplió o cambió parte de la declaración que hizo, en un primer momento, en las dependencias policiales fue porque necesitó ayuda psicológica para ordenar todo lo que ocurrió, ya que estuvo en «shock, encerrada en casa, varios días».

«Me sentía agobiada, no sabía qué hacer. Estaba muy nerviosa», señaló la joven, que ese 24 de junio de 2019 tenía 18 años. «Mi psicóloga me ha ayudado a ver las cosas como son», añadió la víctima, que refrendó ante el tribunal como el día de los hechos el procesado la violó en un garaje próximo a la zona de la Condesa, donde se encontraban ambos de botellón con un grupo de amigos.

El imputado, que se enfrenta a una pena de siete años de prisión por un presunto delito de agresión sexual, negó ayer los hechos y defendió que todo «se lo ha inventado» la denunciante para «fastidiarme». Declaró en varias ocasiones que en ningún momento estuvieron en el garaje que refiere la víctima en su denuncia y que la presunta agresión sexual no existió. «Fuimos a hacer pis y volvimos agarrados de la mano, riéndonos», explicó el supuesto agresor, quien añadió que «no hubo ningún contacto, ni besos, ni nada». Consideró que pudo «inventárselo» por celos, ya que «ella siempre me estaba tirando ficha» o para evitar una discusión con su pareja, que «nos vio aparecer agarrados de la mano» y, según apuntó, tuvieron un enfrentamiento por ese motivo.

No obstante, la víctima declaró en todo momento que cuando regresaron al lugar donde estaban el resto de los amigos, «media hora después», lo hicieron por separado, a varios metros de distancia, y que fue una amiga la que «al verme muy nerviosa» se dio cuenta de que algo había pasado y le contó, según aclaró, que «me había ido con él y que me había forzado»

«En ese momento no reaccioné de forma brusca, pero le dije que parase y me acabó dejando en paz después de cinco minutos. Cuando pasó todo estaba paralizada por el miedo», insistió.

De acuerdo al escrito de calificaciones provisionales emitido por el Ministerio Fiscal, los hechos ocurrieron sobre las 03.00 horas del día 24 de junio de 2019, cuando el procesado se encontraba con varios amigos celebrando la noche de San Juan, entre ellos la víctima, a la que le solicitó que le acompañara a hacer sus necesidades.

Ambos se alejaron del lugar en que estaban, debajo de la pasarela del río Bernesga, en La Condesa, hasta un lugar cercano. Allí, en un garaje, el procesado comenzó a decirle que se liara con él, «que no pasaba nada» y que le besara, manifestándole ella que no quería, según el relato de la víctima.

En 2019
Los hechos, según la denuncia, ocurrieron en un garaje próximo al paseo de La Condesa

Juicio en la Audiencia
La joven tardó ocho días en acudir a la policía porque —relató— estaba «aterrada»

A continuación, según ratificó la joven en la Audiencia Provincial, le bajó los pantalones y le agarró de uno de los brazos para ponerla de espalda y «penetrarla vaginalmente» a pesar de que le repitió en varias ocasiones que parara. Lo volvió a intentar, añadió, en un portal colindante y «encima de un coche» estacionado en Gran Vía de San Marcos.

A consecuencia de la agresión, la joven sufrió varias lesiones en muslo, brazo y pierna, según consta en el parte médico.

Los hechos narrados serían (en caso de ser probados) constitutivos de un delito de agresión sexual, que conllevaría la imposición de una pena de siete años de prisión y una medida de libertad vigilada, que se ejecutará con posterioridad a la pena de privación de libertad por tiempo de cinco años.

Por vía de responsabilidad civil el acusado deberá indemnizar por los daños morales ocasionados en la cantidad de 2.000 euros y por las lesiones, en 500 euros, más los intereses legales.

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