Diario de León

Prisiones

Villahierro alberga a un sirio que trabajó de agente secreto para la inteligencia danesa

La Audiencia Nacional lo condenó en julio de 2018 a ocho años de prisión por su integración en la organización terrorista Daesh, con la que colaboró en acciones violentas en Siria tras recibir allí adiestramiento en el uso de armas

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M. A. Z. | León
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Ahmed Samsam, un ciudadano de origen sirio que permanece recluido en el Centro Penitenciario Provincial de Villahierro, podría ser en realidad un miembro de los servicios de inteligencia de Dinamarca, que lo infiltraron en grupos terroristas de Siria y lo abandonaron después al ser detenido en Málaga, según informa estos días el diario danés Berlingske . El abogado español del recluso no había respondido al cierre de esta edición a la petición de aclaración del caso formulada ayer por este periódico a su bufete de Zaragoza.

La Audiencia Nacional lo condenó en julio de 2018 a ocho años de prisión por su integración en la organización terrorista Daesh, con la que colaboró en acciones violentas en Siria tras recibir allí adiestramiento en el uso de armas.

La sección cuarta de la Sala de lo Penal consideró probado en su sentencia que el acusado, con múltiples antecedentes policiales en Dinamarca por tráfico de drogas y agresiones a agentes de la autoridad, tras un proceso de radicalización, se desplazó hasta en tres ocasiones a Siria entre 2012 y 2014 para combatir en las filas del Estado Islámico.

A su regreso siguió manteniendo «el contacto con otros miembros y combatientes del Daesh en Siria» y a través de un perfil de Facebook y un canal de Youtube «hacía constante proselitismo de la actividad» de esa organización terrorista.

Además, el acusado colaboraba en la financiación de actividades vinculadas con el terrorismo y en la adquisición de armas, siempre según aquella sentencia.

Sin embargo, según la prensa danesa no era un terrorista sanguinario, sino un agente infiltrado en las filas yihadistas por dos servicios secretos de Dinamarca que, cuando fue detenido, no dieron la cara por él. Berlingske dedicó el fin de semana pasado nueve páginas de su edición en papel a relatar su trayectoria publicando incluso detalles de su remuneración.

Samsam fue primero reclutado, a finales de 2012, por el Politiets Efterretningstjeneste, el equivalente danés de la Comisaría General de Información de la policía, que le envió a Siria en febrero de 2013. Más tarde, en noviembre de ese año, pasó a manos del Forsvarets Efterretningstjeneste, el servicio exterior de inteligencia danés, que empezó por adiestrarle en el manejo de las armas al tiempo que le puso un sueldo mensual de 20.000 coronas (2.680 euros), a las que había que añadir un bonus anual y gastos pagados. También le mandó a Siria, donde concluyó su última misión a finales de 2015.

Los dos organismos de la inteligencia danesa le habían garantizado a Samsam que no tendría problemas con la justicia. Y así fue hasta que, a finales de la primavera de 2017, se marchó de vacaciones a la Costa del Sol para divertirse —consumiendo alcohol y drogas, según la policía española— y alejarse de algunas bandas de pequeños delincuentes comunes con las que había trapicheado en Copenhague.

Pero eso «no sucedió», explicó el propio Samsam por teléfono al periódico danés desde la cárcel leonesa. No avalaron su versión. Relató al teléfono que había aceptado en 2012 la oferta que le hicieron los servicios de inteligencia porque «quería prevenir ataques terroristas en Dinamarca».

«Tengo una familia que utiliza los transportes públicos que corren el riesgo de ser golpeados por el terrorismo», prosiguió. «Por eso dije sí», concluyó sin mencionar el móvil económico. Hoy sigue en la cárcel.

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