Diario de León

Mercedes Clase S. AMG… por todo lo alto

Parrilla AMG… rejillas verticales y gran estrella central.

Parrilla AMG… rejillas verticales y gran estrella central.

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León

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JAVIER FERNÁNDEZ

La Clase S… más potente. La mayor potencia de todos los tiempos toma carta de naturaleza, de la mano de AMG, en el buque insignia de la ‘Estrella Plateada’.

Hace más de 50 años, los ‘preparadores’ de AMG ya demostraron que podían transformar una berlina de lujo en todo un coche de carreras; así, la marca de coches deportivos de altas prestaciones firmaba, en Affalterbach, la primera página de su dilatada historia: Mercedes-Benz 300 SEL 6.8 AMG… corría el año 1971.

Hoy, el nuevo híbrido AMG S 63 ‘E Performance’ combina el motor V8 biturbo de 4.0 litros con un segundo motor eléctrico, ambos con el sello de AMG, que entregan una potencia total de 802 CV y un par de 1.430 Nm, estableciendo así nuevos estándares en el segmento de militancia.

Consecuencia: 3,3 segundos en aceleración de cero a cien, 290 por hora de punta y, eso además, homologando 4,4 litros de consumo medio.

Una solución motriz —menos mal que aún queda cordura— más centrado en las prestaciones que en la ‘dichosa’ autonomía eléctrica; eso, por no hablar de soluciones tan innovadoras como el tren de rodaje con estabilización antivuelco y dirección también en el eje trasero, lo que acaba por garantizar un excelente compromiso entre dinamismo y confortabilidad de marcha.

Las impresionantes prestaciones de nuestro protagonista, que supera por poco las dos toneladas y media de ‘romana’, se muestran también en su expresivo diseño exterior, con el estreno, en un Clase S, de la específica parrilla frontal AMG: rejillas verticales y una gran estrella central; sustituyendo a la antigua estrella sobre el radiador, lugar ocupado ahora por el circular emblema de AMG, en cromo plateado / negro.

Estilo que, a su vez, se traslada al faldón delantero ‘ala de jet’, con grandes tomas de aire laterales y cortinas —también de aire— funcionales.

En la vista lateral, destacan las llantas forjadas AMG (21 pulgadas) y los paneles específicos; mientras en la zaga se aprecian característicos rasgos estilísticos: embellecedores estriados trapezoidales en el doble tubo de escape, además del generoso difusor con aletas longitudinales.

En el habitáculo, se combina el equipamiento alto de gama típico de la Clase S, con elementos específicos de AMG: asientos multicontorno con grafía especial y exclusivas costuras —también en las plazas traseras—, además de un volante ‘AMG Performance’, con diversos botones para acceder a las diferentes funciones del coche.

La vista del cuadro de instrumentos puede personalizarse con distintas visualizaciones, entre las que se cuenta el estilo ‘Supersport’, con la posibilidad de mostrar múltiples contenidos en un menú vertical (temperatura del híbrido, ajustes de suspensión y transmisión…), además de mostrar un mapa de navegación y datos de consumo y telemetría ‘Track Pace’.

Por si faltaba algo… el concepto «P3» —según lo define el fabricante—, permite impulsar eléctricamente todo el par motor disponible en toda la gama de revoluciones: el motor eléctrico actúa directamente sobre el tren posterior, convirtiendo inmediata y automáticamente la potencia en fuerza de propulsión, ejerciendo así un efecto ‘boost’ al arrancar, al acelerar o al adelantar.

También el cambio automático de 9 velocidades, con embrague húmedo de arranque que sustituye al habitual convertidor de par, contribuye poderosamente a las altas prestaciones de nuestro protagonista, como la tracción integral variable a las cuatro ruedas. El coche arranca siempre en primera velocidad, sea cual fuere el programa elegido (Sport o Sport+), a la vez que se implementa la función ‘Race Start’, que garantiza una óptima aceleración; también en modo manual ‘M’, el cambio responde inmediatamente.

Para redondear: el Clase S AMG Performance, es el único de su segmento equipado con soportes de motor activos, que propician una conexión suave del tren motriz, primando el confort, y otra más firme para la conducción dinámica; dependiendo de las condiciones de conducción, puede ajustarse continuamente la rigidez, habida cuenta que los sensores del vehículo ‘reconocen’ cada situación.

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