Opel. De tres… en tres

J. F.

Debido a la demanda de bajos consumos y emisiones, los motores tricilíndricos turboalimentados son los más vendidos en el actual Astra.

Hace un cuarto de siglo, los propulsores tricilíndricos, atmosféricos incluidos, aún eran una ‘curiosidad’ en los catálogos de automoción.

Un ‘statu quo’ que comenzaría a cambiar, se diría drásticamente, cuando Opel desveló el prototipo MAXX: un innovador concepto de urbanita impulsado por un motor de gasolina con tres cilindros de, entonces, última generación. Escasamente doce meses después, Opel anunciaba la producción en serie.

El MAXX no sólo sorprendía por su motor, también porque su ‘cuerpo’ estaba realizado en aluminio extruido en lugar de por paneles de acero, de forma que la fábrica podía producir fácilmente secciones de varios tamaños y formas.

‘Aquella’ caja cerrada, no solamente proporcionaba seguridad, también permitía una construcción modular: convertible, ‘pick-up’, todoterreno, furgoneta y hasta una suerte de taxi; todos sobre la misma plataforma y con posibilidad de elección para el cliente que, sin poder alterar las dimensiones, sí que podía cambiar el aspecto exterior y el equipamiento interior del coche.

Con 2,97 metros de largo y 1,57 de alto, el pequeño MAXX de dos puertas, ya ofrecía mucho espacio. La banqueta trasera, instala en la propia estructura de aluminio, tenía espacio para cuatro ocupantes. Se contaba con airbag para el conductor y antibloqueo de frenos ABS. Montaba suspensión delantera independiente (McPherson) basada en la del Vectra y Omega, con el depósito de combustible ubicado entre las ruedas traseras.

La ligereza del aluminio permitía que el MAXX arrojase 650 kilos en báscula, lo que también se traducía en un ahorro de combustible.

El tricilíndrico de 973 centímetros cúbicos (330 c.c. por cilindro), de árboles gemelos y 4 válvulas por cilindro, rendía 50 CV y entregaba 90,6 metros/kilo de par a sólo 2.500 vueltas; aceleraba de cero a cien en 12,1 segundos, alcanzaba una punta de 151 por hora y consumía 3,9 litros a los cien, a una velocidad constante de 90 por hora, según el ‘contemporáneo’ ciclo de prueba «Euromix».

Veinticinco años después del MAXX, Opel continúa confiando en ‘sus’ tricilíndricos, especialmente en el Corsa que, en 1997, ya incluía una versión tricilíndrica de 1.0 litros, y sigue haciéndolo actualmente.