Ferrari 499P: ‘Per tornare… alla storia’
Homenaje a la tradición de ‘Il Cavallino’ en las carreras de Resistencia
Histórica… conexión. Cincuenta años después, Maranello regresa a la élite del Mundial de Resistencia: el 499 P entronca, por vía directa, con el mítico 312 P que saltó a la pista por última vez… hace medio siglo.
«P»… de prototipo; además de con la cilindrada unitaria, así se identificaba antaño Maranello sus Sport Prototipos, y el 499 P tampoco es una excepción para el biplaza resultado de una orgullosa interpretación arraigada en la leyenda de ‘Il Cavallino’: 22 títulos mundiales y 9 victorias absolutas en las 24 Heures du Mans… con la vista puesta en el futuro.
El famoso esquema estético del 499 P, que debutará en el 1.000 Millas de Sebring de 2023, mantiene el esquema tonal que lucía el 312 P de los años 70: uno de los coches lucirá el número ‘50’, mientras que la segunda unidad llevará el ‘51’; de momento, sus pilotos… son una incógnita.
El nuevo reglamento técnico de la FIA (Federación Internacional del Automóvil) y el ACO (Automobile Club de l´Ouest) para la categoría Hypercar, ha llevado a Ferrari a emprender un innovador camino en la tradicional filosofía de Ferrari, que ve en el circuito su terreno ideal para desarrollar soluciones que, posteriormente, se llevaran a la cadena de producción; así, el departamento de ‘Attività Sportive GT’, capitaneado por Antonello Coletta y Ferdinando Cannizzo, recurre a un motor V6 Biturbo que comparte arquitectura con el que monta el 296 GT3, solidario con una cadena cinemática híbrida ERS (sistema de recuperación de energía), cuyo motor eléctrico —equipado con un diferencial— se alimenta por una batería que se recarga durante las deceleraciones y frenadas, sin necesidad de una fuente de alimentación externa. El paquete de baterías (900 voltios), que bebe en las fuentes de la Fórmula 1, ha sido específicamente construido para el 499 P.
Consecuencia: 680 CV totales, acoplados a un cambio secuencial de 7 velocidades, para 1.030 kilos de ‘romana’.
Flavio Manzoni, director del Centro de Estilismo de Ferrari, se ha encargado de ‘vestir’ al biplaza con unas formas tan simples como ‘sinuosas’ y aerodinámicas… expresión explícita del ADN de la marca: una carrocería esculpida a partir de una superficie plana; armoniosamente desarrollada en sus vainas laterales y en unos característicos pasos de rueda, que reducen la presión del aire en su interior; mientras los faros imprimen al morro la sensación de expresividad, y estilo, que en su día inaugurase el icónico Daytona SP3.
Para redondear, el doble alerón zaguero cuenta, en la parte inferior, con uan ‘barra de luminosa’ que enriquece, con un toque minimalista, el diseño trasero del 499 P. ¡Forza Ferrari!