Diario de León

De la pista a la calle… nunca mejor dicho

Mercedes-AMG lleva la tecnología de F1 a un modelo de carretera. Un millar de caballos, 350 por hora de punta. Así celebra AMG su medio siglo de existencia con la aplicación, prácticamente sin modificaciones, de la tecnología híbrida de los monoplazas de F1. Una combinación… única: AMG Project ONE.

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Medio siglo… AMG. Desde los albores del automovilismo deportivo, los ingenieros han soñado con trasladar a la carretera la tecnología de las carreras.

Ahora, AMG —el preparador de culto, devenido en marca independiente— celebra su quincuagésimo aniversario con una ‘bomba’ en clave de sueño hecho realidad: «Para nosotros (afirma Dieter Zetsche, presidente de Mercedes-Benz) el deporte del motor no es un fin en sí mismo, desarrollamos tecnologías de las que beneficiarán nuestros vehículos de serie».

El AMG Project ONE muestra muchos de detalles concretos de cómo será el futuro modelo de serie, animado por un grupo híbrido de altas prestaciones, procedente de las pistas de carreras: 1.000 CV de potencia conjunta y una punta superior a los 350 por hora.

El sistema de propulsión híbrida enchufable, herencia por vía directa de la F1, consta de una unidad integrada —altamente integrada— e interconectada de cuatro motores: un motor integrado en el turbocompresor, otro junto al motor de combustión, directamente unido al cigüeñal, mientras los dos restantes propulsan las ruedas delanteras.

El V6 híbrido de gasolina —1.6 litros—, con inyección directa y turbocompresor sencillo con asistencia eléctrica, procede directamente del monoplaza F1 de Mercedes-AMG Petronas. Situado en posición central por delante del eje trasero, alcanza 11.000 vueltas de régimen máximo, cota única para un coche de carretera; una cifra que se mantiene deliberadamente por debajo del régimen de revoluciones de la F1, para asegurar una mayor longevidad y propiciar la utilización de gasolina «Súper Plus» convencional en lugar del combustible de competición.

También los motores eléctricos instalados en el eje delantero alcanzan un régimen excepcional, con hasta 50.000 revoluciones del rotor que, en ‘técnica convencional’ , se sitúa en 20.000.

La reacción del turbo es instantánea, tanto como que resulta incluso más rápida que la de un V8 atmosférico; mientras su principal ventaja es la eliminación de la caída en sobrealimentación; es decir, que no se produce retardo en la respuesta del acelerador debida, como se sabe, a la inercia de un turbocompresor de gran tamañazo.

Por lo demás, el AMG Project ONE, monta un nuevo cambio manual automatizado de 8 marchas (propulsión trasera), con mando hidráulico y que también puede accionarse manualmente —levas en volante— o bien de forma totalmente automática.

Tren de rodaje multibrazo (innovadora suspensión con varilla de empuje) y las exclusivas llantas forjadas con cubierta parcial de fibra de carbono (19 pulgadas delante, 20 detrás), ‘redondean’ un impactante diseño exterior… fascinación unida a la funcionalidad.

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