Diario de León

Porsche. De Weissach… a las entrañas del Mission R

«La maquinaria de obra todavía estaba allí cuando empezamos a utilizar la pista de pruebas. Hoy llamaríamos a aquello todoterreno» (Herbert Linge, ideólogo de Weissach)

Un páramo baldío, entre Weissach y Flacht, daría origen (1959) a la pista de pruebas y posterior Centro de Desarrollo de Porsche. PRSCH

Un páramo baldío, entre Weissach y Flacht, daría origen (1959) a la pista de pruebas y posterior Centro de Desarrollo de Porsche. PRSCH

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León

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JAVIER FERNÁNDEZ

Al límite… entre Weissach y Flacht. Un páramo montañoso y escasamente fértil, fue escenario escogido por la marca para desarrollar… sus sueños.

La historia de la pista de pruebas arranca en 1959, cuando Porsche se ponía manos a la obra en la búsqueda de un lugar para ensayos: «la autopista era demasiado estrecha si querías llevar al límite los vehículos deportivos, y no digamos los de carreras».

Desde 1954, el aeródromo de Malmsheim ya se utilizaba como solución provisional; por otro lado, la pista de pruebas de Volkswagen —en Wolfsburgo— estaba a demasiado lejos; así que, Herbert Linge, empleado de Porsche y respetado piloto de carreras, sugirió un área cercana a su pueblo natal de Weissach y la vecina localidad de Flacht que, en una grabación de 1910 se describía como… «notablemente montañosa y rocosa, poco fértil y muy difícil de cultivar». Al patrón Ferry Porsche le gustó tanto la idea como para adquirir la mayor parte de aquel terreno —38 hectáreas— donde, el 16 de octubre de 1961, llegaría el mismísimo Ferry ‘pilotando’ una excavadora que iniciaría las obras de acondicionamiento como pista de pruebas… inicialmente circular; ni se pensaba aún en el futuro ‘Centro de Desarrollo.

Aquella zona deslizante, ofrecía tres recorridos con diámetros interiores de 40, 60 y 190 metros; a partir de mediados de octubre de 1962, sería donde el ingeniero Peter Falk, el piloto Linge y algunos otros colegas, condujesen al límite el pionero 901… devenido en Porsche 804 de Fórmula 1; una sencilla caseta de obras sería el primer ‘edificio’ que se levantó allí para albergar los utensilios del personal que trabajaba en la pista de pruebas.

A Robert Schüle, le cabe el honor de haber sido el primer trabajador (autónomo a tiempo parcial) en Weissach; su principal ocupación… pastorear ovejas y dirigir el restaurante «Zum Hirsch»; así que, Schüle estaba disponible cuando se preparaban las pruebas, convirtiéndose en mucho más que un mero vigilante.

En 1969, el nuevo 917 —icónico... al cabo del tiempo— completaba 258 vueltas al circuito… con una sola parada para repostar; los ingenieros confirmaban que los rodamientos de las ruedas aguantaban perfectamente; mientras esa pista se convertiría en ‘juez’ —¿y parte?— para determinar la aceleración lateral que alcanzaba el coche.

Con el aso de los años, el «Proyecto Weissach» fue tomando cuerpo en los planes de ensayos de Porsche, dando cabida al desarrollo de innovadores vehículos.

En el capítulo puramente práctico: tras una pequeña recta —170 metros—, llegaba la pendiente «Z», una combinación de dos curvas derecha/ izquierda, cuesta arriba, a la que se llegaba a gran velocidad, donde los primeros sistemas de frenos ABS tendían a fallar. Desde esta sección, la pista seguía ascendiendo hasta llegar al viraje más rápido, «el camino», previo a la «chicane Bott» (Helmuth Bott, uno de los inspiradores del proyecto), que tenía una curva ciega a derechas, muy rápida y situada sobre una cresta, considerada ‘critica’ por lo pilotos profesionales y un auténtico calvario para los conductores bisoños que, aún así, se ha mantenido hasta hoy. A continuación… un giro de 90 grados a izquierdas, seguido del «árbol de David», una brusca curva al lado contrario. Desde aquí, tras una breve recta y dos curvas rápidas, la pista se adentra en el «vértice Flacht», un cerradísimo giro para dar paso a otra pequeña recta y a una combinación izquierda/derecha hasta llegar a la «curva sur» enlazada, esta última, con una recta de 700 metros que finalizaba en la «curva norte».

Aún más… entre el «árbol de David» y la «curva sur», entre baches y un paisaje de agua salada, el «camino accidentado» —paralelo al trazado del circuito— ha servido para comprobar la resistencia tanto de vehículos de carreras como de serie.

La «curva de los maestros», que debe su nombre al Herbert Linge, el ‘ideólogo’ de Weissach, abrocha el particular ‘calvario’ sobre el que los coches de competición han cubierto miles de kilómetros de pruebas en las condiciones más exigentes que imaginarse pueda… antes de tomar la salida

Botón de muestra… a Porsche se le escapó una posible victoria en las 12 Horas de Sebring de 1969, porque el 908/02 Spyder no pudo desarrollarse debidamente; aquel año… la lluvia y la nieve habían anegado el trazado de Weissach.

Consecuencia… el coche se presentó en la carrera americana con unos marcos de carrocería muy livianos, que se rompían al rodar sobre las losas de cemento.

Ni siquiera el legendario 917 se libraría de las extenuantes pruebas antes de su debut en el santuario de La Sarthe… ’24 Heures du Mans’ de 1969.

Después vendrían —se probarían en Weissach— los coches de la IndyCar y la Can-Am, el monoplaza MP4 de McLaren para la F1, el motor TAG Turbo… el 919 Hybrid

En suma, que Weissach —‘la pista de las leyendas’— ha vivido —y vive— la concepción del nutrido catálogo que adorna la trayectoria productiva —y deportiva— de Stuttgart-Zuffenhausen.

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