Un arreglo sin fecha, valorado en cerca de 14 millones

El arreglo de la carretera de llamas de Cabrera a Corporales, que cruza en diagonal la comarca, es ya una vieja reivindicación que se sostiene en argumentos que van desde la despoblación del medio rural a su desarrollo, con la dotación de infraestructuras que faciliten las inversiones en la comarca, y más en concreto al municipio de Castrillo de Cabrera, traducidas en canteras de pizarra, uno de los principales recursos de la zona.

Por otra parte, desde el Ayuntamiento de Castrillo de Cabrera se ha apuntado en no pocas ocasiones que mientras en el resto de la zona se han ido mejorando las comunicaciones por carretera, con el arreglos el de Castrocontrigo a La Baña (LE-126) y la proyección de nuevas conexiones de la comarca, se olvida una carretera que es prácticamente la única salida de buena parte de los pueblos de este municipio a otros puntos de la provincia. El municipio echaba mano del patrimonio arqueológico -”los canales romanos-” para, en octubre de 2004, buscar el apoyo de los sindicatos UGT y CC.OO., la Comisión Regional de Minería y la Asociación Regional de Municipios Mineros (Armi) en su intento de que se arregle la carretera.

Tras conocerse que la ahora llamada LE-7311 (el ya antiguo camino vecinal 229/7) está contemplado en el Plan Regional Sectorial de Carreteras 2008-2020, el alcalde de Castrillo, Tomás Blanco, ha reiterado su disconformidad con la falta de una fecha concreta para la ejecución del proyecto, valorado en cerca de 14 millones de euros. El 2020 queda lejano en Castrillo.