Diario de León

Fauna silvestre

El canal de Arriola sigue siendo una trampa mortal para decenas de animales

Caen los primeros corzos sin que CHD haya solucionando los graves problema de seguridad del canal

El agua discurría ayer con fuerza, a la altura de Valdefresno, lo que impide que los animales que caen al canal puedan salir con vida. RAMIRO

El agua discurría ayer con fuerza, a la altura de Valdefresno, lo que impide que los animales que caen al canal puedan salir con vida. RAMIRO

León

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Con el inicio de la temporada de riego vuelve a repetirse la triste escena de todos los años en el Canal de Arriola. Animales muertos, en este caso corzos, se apilan ya en las trampillas de este canal, a la altura de Paradilla de la Sobarriba, después de caer y ser arrastrados por la fuerza del agua.

En la temporada pasada, se contaban por decenas los ejemplares que cada semana caían al canal. Corzos, jabalíes, perros, perecían constantemente en el canal, lo que provocó la movilización de las organizaciones ecologistas como Pacma, Sacrificio Cero y Urda, quienes presentaron varias denuncias ante el Seprona, por el atentado contra la fauna silvestre que supone esta infraestructura, dependendiente de la Confederación Hidrográfica del Duero.

Fue entonces cuando el organismo de la Cuenca anunció una inversión de 13.552 euros para la construcción de dos nuevas rampas en el tramo inicial del canal, donde las poblaciones de corzo se concentran fundamentalmente, y que deberían haber quedado instaladas el pasado mes de abril, antes de que se iniciara la temporada de riego.

Nada se sabe de esta instalación, tampoco de la monotorización por fototrampeo anunciada para comprobar su eficacia y evitar esta sangría de muertes en el canal.

Primeros corzos caídos este fin de semana en Arriola. DL

Primeros corzos caídos este fin de semana en Arriola. DL

En principio, esta actuación se enmarca dentro del acuerdo para el desarrollo de actuaciones de reducción del riesgo de mortalidad de especies de fauna silvestre, suscrito entre la CHD y la Dirección General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Precisamente se eligieron los canales de Arriola y de Villalaco, en Palencia, ya que son los que más muertes de animales concentra, para la instalación de este plan piloto.

Son muchas las denuncias presentadas hasta la fecha, tanto por parte de los vecinos de la zona como por asociaciones conservacionistas para denunciar esta situación que se recrudece especialmente en Paradilla de la Sobarriba, uno de los puntos más peligrosos del canal. Allí, la muerte de animales por ahogamiento es casi diaria, y sus cuerpos permanecen allí atrapados durante días, hasta que finalmente son retirados periódicamente por la empresa contratada por CHD.

Otro lugar conflictivo de este canal, construido en 1983 y que consta de 31 kilómetros de longitud, es Calzadilla de los Hermanillos, donde hay puntos de control de arrastre donde también perecen muchos animales.

El principal problema de estos canales es la inexistencia de pasos transversales específicos para el paso de la fauna, la falta de cerramientos (vallas) que impidan la caída al canal de la fauna silvestre y la ausencia de sistemas de rampa interior para la salida, lo que hace que los animales que intentan subir por las inclinadas paredes del canal se rompan las patas sin conseguirlo. Debe tenerse en cuenta que una vez caído al canal, las posibilidades de un animal de salir son nulas debido al caudal de agua y la fuerte corriente.

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