Diario de León

Azares también tuvo pendón propio

El investigador Javier Benéitez logra documentar la enseña de la localidad paramesa, actualmente desaparecida y desconocida para los vecinos, en varios archivos del primer tercio del siglo XIX

León

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El afán del investigador Javier Benéitez, graduado en Información y Documentación, por demostrar que todas las localidades de la comarca del Páramo tuvieron su propio pendón no tiene límites. Ya lo ha hecho con Bercinos del Páramo, Zotes, Pobladura de Pelayo García, Laguna Dalga , Laguna de Negrillos, San Pedro de las Dueñas... Y casi siempre con dos únicas fuentes de información: los libros de fábrica (libros de cuentas) de las parroquias y con entrevistas a los vecinos.

Pues una vez más lo ha vuelto a hacer. Ha sido capaz de documentar en el primer tercio del siglo XIX el pendón concejil de Azares del Páramo, totalmente desaparecido y del que algunos vecinos hablan de haber visto su vara en la iglesia. Hoy no queda ni rastro del mismo, pero sí prueba escrita de que un día existió.

Para ello se dirigió al Archivo Histórico Diocesano de Astorga, a los libros de fábrica de la parroquia de Azares del Páramo que allí se custodian. Así la primera noticia sobre los pendones de Azares del Páramo logra localizarla en las cuentas que se toman al mayordomo de la iglesia, Pedro Mateos, en el año 1835 donde en el apartado ‘Data’, figuran los siguientes apuntes consecutivos: «Pendón. Ytem novecientos reales por comprar un Pendón Encarnado de Damasco (...). Otro. Ytem Pendón Negro para Ánimas y Difuntos en trescientos reales». Pues ya está claro. En esa época la parroquia de Azares compró dos pendones. Uno de mayores dimensiones (su precio lo delata) de color rojo y otro que debía usarse para los entierros y similares en color negro. Seguramente lo que hoy se conoce como pendoneta. Dos pendones que cumplen con lo habitual de la comarca.

Pero hay más documentos en años posteriores que certifican su existencia. En la ‘Data de maravedías’ de las cuentas del año 1839, siendo contadores los vecinos de Azares Esteban Ugidos y Juan Martínez, aparece otra referencia que dice así: «Primeramente, se le admite data de 1.500 reales por un pendón encarnado que se compra para esta iglesia». Posiblemente se tratase del mismo pendón que el anterior que había costado más de lo previsto ya que coincide el color y apenas habían pasado cuatro años de unas cuentas a otras.

Como es habitual, Benéitez siempre se topa con numerosas curiosidades. En este caso, la totalidad de las cuentas del año 1842 aparecen tachadas con una ‘X’ que ocupa toda la página. En ella figura el apunte: Pendón. Yt. Son mil ciento treinta y cuatro reales que costó un pendón para la iglesia.

Y sigue... En las cuentas del año 1855 que da el párroco de la iglesia de Santa María de Azares del Páramo puede leerso: Ytem siete cientos ochenta y un reales que costó un pendón encarnado de cinco paños, incluso la manga para cubrirlo».

Así pues, los vecinos de Azares del Páramo ya saben que un día tuvieron pendón concejil y que era ‘encarnado’, una base por si se animan a recuperarlo.

En capítulos posteriores

Pero como es habitual, durante su investigación escudriñando legajos, Benéitez se encontró con varios descubrimientos más referidos a la torre de la iglesia, a su ermita, sus cofradías, unas desaparecidas tablas de pintura... Pero eso vendrá en posteriores capítulos.

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