Diario de León

Debate por el nuevo estatus del lobo

El campo advierte de que el blindaje al lobo hace inviable la ganadería extensiva en León

La nueva catalogación de la especie pone fin a las indemnizaciones por daños a la fauna en los cotos cinegéticos

dl6p18g1

dl6p18g1

León

Creado:

Actualizado:

La decisión de incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), tomada el jueves por la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, ha causado un profundo rechazo entre el sector ganadero de la provincia, que se considera «totalmente al margen» de la decisión tomada entre el Gobierno y las algunas comunidades autónomas.

La catalogación de esta especia implica su total protección en todo el territorio nacional, incluido en norte del Duero, donde la especie ha sido cinegética hasta este momento. Aunque las organizaciones agrarias siempre han considerado insuficiente el control que la caza ha ejercido sobre la población del lobo a través de los cupos comarcales, con los que se determinaban el número de lobos que se pueden cazar en casa territorio, consideran que sin la presión de la actividad cinegética se «dispararán» las camadas, lo que supone una seria amenaza para la ganadería extensiva.

Expansión sin freno

Sin la presión cinegética, controlada con los cupos, los ganaderos temen que se disparen las manadas

Para Asaja, el lobo es ya «el gran enemigo de la ganadería extensiva en pastoreo, sobre todo de vacuno y de equino, en todas las comarcas montañosas y de media montaña de la provincia León». La asociación considera que «la libertad para campar a sus anchas que se le ha dado al lob hace inviable la ganadería extensiva en la que el ganadero no está permanentemente presente con el ganado, y aunque hubiera mecanismos de compensación económica, que no los hay, ello no sería una solución». El sindicato explica que en el ganado ovino los daños no son tan elevados ya que las ovejas son animales gregarios, que pastan juntos, y siempre está presente el pastor, que junto a los perros mastines, consiguen ahuyentar la mayoría de los ataques. «Muchos daños de los lobos no se pueden demostrar y por lo tanto peritar, y al valor del animal siniestrado hay que sumar un lucro cesante que a veces es superior todavía», explica.

Asaja denuncia que tan pronto como cambie el estatus actual del lobo al norte del río Duero, donde se encuentra la provincia de León, se dejará de percibir la indemnización por daños de este cánido en los cotos de caza que gestiona la Junta de Castilla y León, como son las reservas de caza de los Ancares, Mampodre y Riaño. «La prohibición de la caza supone también una pérdida de ingresos para las juntas vecinales de la provincia propietarias de los cotos cinegéticos», recuerda.

Por eso considera que la decisión del jueves es «una victoria de los conservacionistas contra los ganaderos, y que ha sido posible por la propensión del Gobierno a tomar decisiones marcadas por sesgos ideológicos al margen de las valoraciones técnicas, de la equidad y del sentido común». Asaja León cree que el Gobierno «se equivoca legislando contra los intereses de quienes viven en los pueblos, sin escucharles ni empatizar con ellos, para tener contenta a una legión de conservacionistas perroflautas unos y niños de papá otros, que únicamente se acercan al campo de fin de semana y normalmente para crear problemas a la población local».

Por su parte, la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) considera que la protección del lobo es «un ataque frontal» a la ganadería extensiva y al medio rural.

El coordinador general de la UCCL, Jesús Manuel González Palacín, calificó de «irresponsabilidad» que se pueda catalogar al lobo como especie de protección especial cuando en Castilla y León y en solo un año ha causado la muerte de 6.000 cabezas de ganado.

A su juicio, la calificación de especie de protección especial impedirá que se lleve un control sobre la población del lobo e incrementará la «presión» de este animal sobre la ganadería extensiva, en la que en 2020 ha causado daños solo en Castilla y León por valor de 5 millones de euros.

Para el coordinador de la UCCL, la inclusión del lobo en el Lespre sería «sucumbir ante el ecologismo radical e irresponsable», además de «ir contra el equilibrio entre la ganadería y la fauna mediante la intervención del hombre».

Señala que en Castilla y León ya hay unos 2.000 lobos repartidos en 300 manadas que ya están obligando a otras especies, como el corzo y el jabalí, a «invadir» espacios que ante les eran ajenos, lo que supone un perjuicio para la agricultura.

tracking