El campo leonés sale a la calle para exigir el cese del trasvase de agua a Portugal

El rugir de los motores y las bocinas encendidas de más de cuatrocientos tractores irrumpieron ayer en la capital leonesa para escenificar el nuevo agravio que sufre el campo leonés, que volvió a protagonizar una manifestación histórica respaldada por más de tres mil personas.

En defensa del agua embalsada en Riaño y e Porma, y en contra de su inminente traspaso vía Duero hacia Portugal, para la producción de energía eléctrica, los regantes leoneses, más unidos que nunca, ganaron ayer su primera batalla al conseguir ser recibidos por el subdelegado del Gobierno en León quien se comprometió a trasladar al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico su protesta y a revisar el aún vigente Convenio de la Albufeira, firmado en 1998, y que obliga a ceder más de la mitad del agua que tienen embalsada la cuenca del Duero a Portugal.

La protesta fue convocada por las comunidades de regantes del Páramo Bajo, de la Margen Izquierda del Porma y de Los Payuelos, principales afectados por el trasvase, pero fue respaldada por la mayor parte de las comunidades de León, Salamanca y Zamora.

La marcha partió del aparcamiento del estadio Reino de León para llegar, a eso de las 13.00 horas, a la plaza de la Inmaculada donde los responsables de los regantes expresaron sus reivindicaciones antes de entrar en la Subdelegación del Gobierno en León, donde fueron recibidos por Faustino Sánchez, y desde donde no se movieron hasta recibir una respuesta favorable a sus reivindicaciones.

«Sin agua León se muere», comenzó diciendo el manifiesto pronunciado por el presidente de la Comunidad de Regantes del Páramo Bajo, Herminio Medina, que recordó que el agua que a día de hoy se está traspasando a Portugal, «es de los regantes leoneses, porque la hemos pagado con nuestros cánones y la hemos ahorrado gracias a toda la inversión que hemos hecho en modernización de cerca ya de cien mil hectáreas, cosa que no han hecho nuestros vecinos portugueses».

Medina exigió el cese inmediato de la ministra Teresa Ribera, que no ha querido escucharles antes de ordenar el traspaso. «Estamos en una democracia, Franco ya murió, señora ministra, y usted no es dueña del agua», reclamó Medina.

El representante de los regantes amenazó con recurrir a la fuerza si no se detiene de inmediato el trasvase. «Si hace falta cerramos nosotros mismos las compuertas», y lanzó un mensaje a los jóvenes agricultores para que no se desanimen ante este nuevo revés del Gobierno.

Lo que quiso dejar claro es que en el tema del agua, la prioridad es el suministro humano, luego los caudales ecológicos y por último los regadíos. «La producción de electricidad no es una prioridad, las eléctricas son cada vez más ricas y los agricultores más pobres», recordó.

En esa misma línea se pronunció el presidente de la Comunidad de Regantes de los Payuelos, Jorge Álvarez, que agradeció la presencia de todos los agricultores en la protesta de ayer, así como el apoyo de todos los leoneses. «Esto ya es un triunfo», declaró.

Álvarez explicó que los agricultores «somos gente pacífica, honrada y trabajadora pero cuando nos tocan el agua nos defendemos, y así lo haremos». El responsable de Los Payuelos recordó la importancia que tienen el sector primario para la sociedad, tal y como quedó demostrado en la pandemia del covid, por eso insistió en la necesidad de garantizar el agua para seguir abasteciendo de productos a los lineales de los supermercados. «Qué ruja el campo!, concluyó.

Por su parte, el presidente de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, Matías Llorente, declaró al finalizar el encuentro con el subdelegado del Gobierno, que se ha conseguido arrancar el compromiso de poner fin de inmediato al trasvase, que actualmente es de entre dos y cuatro metros cúbicos, y de emplear ese agua para los riegos que aún precisen el agua. Además, el subdelegado se ha comprometido a convocar una reunión con el director general de Medio Ambiente del ministerio, Hugo Morán, para actualizar el Convenio de la Albufeira y adaptarlo a las nuevas necesidades de la agricultura. «Tenemos que tener la seguridad de que vamos a tener agua para sacar adelante nuestros cultivos, porque no sabemos como va a venir el año», reclamó Llorente, que terminó diciendo que «no estamos dispuestos a abandonar nuestras inversiones e ir a la ruina. No al traspaso a Portugal», concluyó.