El verano arde en RMD

Verano de fuego. En el termómetro, en la Cepeda y, ahora, en la empresa Reciclado de Materiales Diversos (RMD), en Ardoncino (municipio de Chozas de abajo), donde las llamas prendían pasadas las siete de la tarde de ayer. El foco se localizaba justo en una esquina de la campa en la que se almacenan los materiales para su recuperación. En concreto, en la más alejada a la entrada principal a las instalaciones, situada a la izquierda si se mira a las instalaciones de la carretera de La Bañeza (CL-622). Como en otras ocasiones, ayer se preveía que la llama esté viva durante días.

Las ruedas almacenadas en RMD ya habían ardido en abril y junio de 2005, si bien el incendio más grave de los que se han vivido en la provincia con los neumáticos como combustible se produjo el 22 de diciembre de 2005 en Castrillo de la Ribera (municipio de Villaturiel) y tardó semanas en extinguirse —hacia el 12 de enero de 2006 se reavivó y aún había llama en abril—.

El humo negrísimo de los neumáticos prendidos se alzaba pronto, anunciando la tragedia en varios kilómetros a la redonda y llenando la carretera de curiosos, lo que obligó a la Guardia Civil de Tráfico a vigilar especialmente el tránsito de vehículos y a la Junta a cortar el primer cruce de acceso a la planta si se circula en sentido Santa María del Páramo, para evitar la concentración de quienes allí estacionaban para registrar con su teléfono móvil la tragedia, convertida en espectáculo —más, a medida que baja el sol—.

En el interior, empleados de la fábrica atacaban el fuego con mangueras y con bombas con las que expandir espuma y robar oxígeno a las llamas. Entre quienes se acercaron a la puerta de RMD, un ex bombero de la empresa ardía en deseos de enfundarse otra vez su traje y actuar. «Con agua no se apaga», repetía en una conversación telefónica. Y es que la temperatura que alcanza el material inflamado hace que el líquido se evapore antes de alcanzar el fuego.

Otras fuentes apuntaban a que, al parecer —no se permitía el acceso a la instalación—, en la campa de almacenamiento se había trabajado en la retirada de los neumáticos por los que pudiera extenderse el fuego, mientras otros se refrescaban con agua para evitar que ardieran. Las bombas de extinción rivalizaban en ruido con los materiales que estallaban.

Ya a primera hora de la noche, se decidió evacuar una nave de almacenamiento ante el riesgo de que el fuego le alcanzara. Para entonces, quince bomberos, al mando del cabo Tomás Cabeza, trabajan en la planta de reciclado. Además, al lugar se desplazó el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez Quiñones, y el concejal de Seguridad y Tráfico del Ayuntamiento de León, Fernando Salguero.

Por su parte, el alcalde de Chozas de Abajo, Santiago Jorge Santos, que acudió al lugar en cuanto tuvo noticias del siniestro, criticó la actuación de la empresa, al considerar que tenía que haber avisado antes al Parque de bomberos de León. «Llegué aquí a las 19.35 horas y ya estaba la Guardia Civil. Los bomberos estaban en alerta por la columna de humo, pero necesitaban que la empresa pidiera su intervención para actuar». Jorge aseguró que al llegar el incendio «era más pequeño».

El dispositivo creció con el paso del tiempo. Además de reforzarse la dotación de bomberos, se hizo necesaria la llegada de una motobomba de incendios forestales, al saltar el fuego el muro de la empresa, posteriormente, una ambulancia de emergencias sanitarias llegaba al lugar ante la posibilidad de que se produjeran heridos.

Como anécdota positiva, una vigilante de seguridad que no estaba de turno llegó a RMD para salvar a uno de los perros que con los que se intenta prevenir los robos, un rottweiler de nombre Jhuno, atado muy cerca de las llamas.