«Eran mineros, no maderos con ojos»
«Allí nadie protestó. Y es gente que entra a trabajar y, si hay algo raro, son los primeros que lo dicen. No son maderos con ojos, son mineros con experiencia, y si hay mucho metano, mucho polvo o agua no trabajan». Carlos Conejo repitió, como todos los que declararon ayer (y en jornadas anteriores) que nunca hubo quejas o temor por trabajar en el taller siniestrado, y que todos eran conscientes de las condiciones especiales de la mina. El jefe del Departamento de Seguridad, José Marcos Ulecia, destacó que si había alguna queja podían dirigirse desde a su delegado minero hasta al vigilante, al comité de seguridad o de empresa, a la Dirección de Minas,... «Incluso estaba establecido un mecanismo para que las denuncias fueran anónimas, si había algún temor por ser despedido». Nunca, insistieron todos, se les comunicó nada.