Diario de León

Crimen de Mansilla de las Mulas

Los forenses creen que el sospechoso estaba en plenas facultades mentales

Los médicos consideran que puede ser perfectamente juzgado por la muerte de su exnovia

Vivienda donde ocurrieron los hechos el pasado mes de abril. MARCIANO PÉREZ

Vivienda donde ocurrieron los hechos el pasado mes de abril. MARCIANO PÉREZ

León

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José Carlos G. D. tenia sus facultades mentales en perfecto estado en el momento de cometer el crimen de Mansilla y a criterio de los médicos forenses que elaboraron su informe de imputabilidad, es plenamente responsable de los hechos y no tenía alteradas sus capacidades mentales ni volitivas. Los hechos ocurrieron en la vivienda de la joven, con cuya vida acabó en abril del presente año tras no poder superar la ruptura sentimental.

Atendiendo a la acusación de un delito de homicidio que pesa sobre sus espaldas, los forenses entienden que puede ser perfectamente juzgado si así lo considera la justicia. Será a través de un procedimiento de la ley del tribunal del jurado, en caso de que así lo determine la instructora. El examinado no presentaba alteraciones psicopatológicas en ninguna de las dos ocasiones en las que fue explorado por las forenses Y desde un punto de vista médico-forense, se puede considerar que sus capacidades cognitivas y volitivas se encontraban indemnes en el momento en el que se realizó la prueba pericial de las doctoras del Instituto de Medicina Legal de León.

Enajenación

El autor confeso del crimen aseguró que sufrió un momento de enajenación mental

El ministerio fiscal, la acusación particular y la defensa del sospechoso fueron informados en las últimas horas de que el procedimiento se destinará por la ley del tribunal del jurado, circunstancia que determina que será un jurado popular quien establezca si el investigado es culpable o no del delito que se le atribuye.

El autor confeso del crimen aseguró inicialmente ante la jueza que sufrió un momento de enajenación mental transitoria la noche de autos y que perdió el conocimiento de lo que hacía y la razón, circunstancia que le llevó a acabar con la vida de la que era ya por entonces su expareja.

Lo hizo «en un arrebato de ofuscación» por no haber podido superar la ruptura de la relación sentimental que habían mantenido. Previamente, había estado sujeto a una orden de alejamiento decretada por el juzgado con ocasión de la denuncia presentada por otra pareja anterior.

En el momento de los hechos, se encontraba en casa de su padre. En torno a las 23.30 horas se levantó del sofá y salió: «Bajo al coche», le dijo. Ante la tardanza, el progenitor no se extrañó en exceso porque pensó que habría quedado con algún amigo. Fue cuando le llamó la Guardia Civil el momento en que comprendió lo que había ocurrido: El imputado se presentó casa de la que había sido su última pareja, y después de empezar a discutir, la emprendió a golpes con ella usando un objeto contundente con el que le pegó en la cabeza y posteriormente la apuñaló en el cuello con un cuchillo que cogió en la cocina, causándole la muerte prácticamente en el acto.«Me dijeron que ya estaba con otro y no pude superarlo, no sabía lo que hacía y me volví loco», explicó ante la jueza en sede judicial.

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