Diario de León

Los ganaderos leoneses salen de las pérdidas al subir la leche por cuarto mes consecutivo

El litro ya se paga a 60 céntimos, cuando en enero estaba a 32, lo que unido a la baja de los cereales, da un respiro al sector

El precio de la leche se paga ahora a 60 céntimos de euros, lo que permite a los ganaderos no producir a pérdidas. MARCIANO PÉREZ

El precio de la leche se paga ahora a 60 céntimos de euros, lo que permite a los ganaderos no producir a pérdidas. MARCIANO PÉREZ

León

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Después de la dramática situación que han atravesado los ganaderos leoneses de leche con los bajos precios que recibían a principios de año, los cuatro meses consecutivos de subida les está permitiendo respirar.

A principios de año, el precio la leche se pagaba a 32 céntimos el litro, lo que unido al estallido de la guerra en Ucrania en febrero, que disparó los precios de los cereales, del combustible y de los combustibles, abocó a muchos ganaderos a la ruina, y obligó a varios a echar el cierre.

«Se han cerrado muchas ganaderías y se han sacrificado muchas vacas de leche, lo que significa que ahora hay una menor producción con la que hacer frente a la misma demanda», explica el presidente de la Organización de Productores de Leche (OPL), José María Álvarez.

Este es el principal motivo por el que ahora la leche se pasa a más, a casi 60 céntimos el litro, «porque hay un déficit de producción que hace que el precio se incremente», asegura Álvarez, que culpa de esta situación a la presión ejercida por parte de la industria y la distribución.

«El problema es que esta tendencia va a seguir, ya que se ha maltratado a este sector y se ha destruido todo el tejido empresarial familiar, que era el que en Castilla y León tiraba de este tipo de ganadería», lamenta el presidente de la OPL. Esto ha provocado que las pequeñas explotaciones hayan echado el cierre y el sector esté en manos de grandes granjas, en su mayoría deslocalizadas de los pueblos, lo que encima es un elemento más en la aceleración de la despoblación que sufren los pueblos.

Los datos reflejan una caída imparable en la producción. El pasado enero se recogieron en Castilla y León casi 76.813 toneladas de leche, que el pasado septiembre se quedaron en 73.676 toneladas, después de bajar mes a mes la producción sin posibilidad de remontar.

En cuanto a las ganaderías, en octubre de 2021, el censo contaba con 876 ganaderías en Castilla y León, y el pasado septiembre descendieron a 804. Prácticamente el 40 por ciento de las explotaciones cerradas en este periodo —unas 30 ganaderías, varias de ellas de más de 100 reses— se han perdido en León, según los cálculos del presidente de la OPL quien cree que las consecuencias son impredecibles y «muy difíciles de recuperar».

El motivo
El cierre de ganaderías y el sacrificio de vacas ha bajado la producción, lo que ha incrementado el precio 

El lado positivo de todo esto, es que los pocos ganaderos que quedan, ya no producen a pérdidas y pueden empezar a tener ciertos beneficios, ya que también el precio de los cereales y de los carburantes se ha moderado.

«El problema de la bajada de los precios de los cereales es que se nota en la lonja, pero hasta que esa bajada se refleje en los piensos, pueden pasar unos meses», afirma Álvarez, que indica que los precios de la soja se siguen pagando muy altos, a 560 euros por tonelada, cuando lo normal era a 300, la alfalfa deshidratada se paga a 400, cuando el año pasado estaba a 180, el precio de la factura de la luz se ha triplicado.

«Los ganaderos siguen batallando con muchos costes, pero con las últimas subidas en el precio de la leche están teniendo beneficios, pocos, pero por lo menos ya no producen a pérdidas».

Este optimismo moderado es compartido por el secretario general de Asaja en León, José Antonio Turrado, que afirma después de los «criminales» meses con los que comenzó el año el sector, con precios muy por debajo de los costes de producción, los ganaderos «viven ahora una situación normal y razonable». Para Turrado tampoco se puede hablar de grandes beneficios, pero «por lo menos pueden decir que viven de la leche».

Una sentencia europea amplia el plazo para reclamar los daños por el cartel de la leche

La reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea referente al cártel de camiones confirma que los afectados tienen hasta cinco años para reclamar los daños y perjuicios que le han causado los cartelistas. Según el bufete de abogados Redi Abogados, esta sentencia también es extrapolable al llamado cártel de la leche, el grupo de empresas que en 2019 fueron condenadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a pagar 80,6 millones de euros a varias empresas lácteas por infringir las reglas europeas de competencia, y pactar precios en perjuicio de los intereses de los ganaderos.

Esta sentencia abría la puerta a cerca de 60.000 ganaderos de toda España a reclamar indemnizaciones por los daños sufridos por estas prácticas.

Ahora, tras la sentencia de los transportistas, muchos ganaderos que no habían reclamado entonces, todavía pueden hacerlo. La multa está pendiente de confirmarse por la Audiencia Nacional pero se abre la puerta a que todos aquellos ganaderos que vendieron leche del 2000 al 2013, pueden reclamar el dinero que no les pagaron y les pertenece.

Son dos los grandes gabinetes jurídicos consultados por este periódico.

Por un lado se encuentra Redi Abogados, gabinete especializado en infracciones del derecho de la competencia, que «representan a 1.112 ganaderos de toda España, 89 de ellos de la provincia de León.

Otro de los gabinetes que durante este año se enfrentarán al llamado cártel de la leche es Eskariam, empresa jurídica especializada en demandas colectivas que lidera la reclamación en favor de más de 2.000 ganaderos afectados, de los que 692 son Castilla y León.

La CNMC considera el derecho a reclamar como mínimo un 10% de la facturación durante la duración del cártel, lo que supondría cientos de miles de euros.

Para una explotación media con 900.000 litros anuales de producción, las pérdidas por afectado podrían llegar hasta 27.000 euros por año. 

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