Diario de León

El gusano de nariz afecta a cerca del 45% de los corzos de la provincia

Aunque no es mortal, sí ha provocado mermas de hasta el 80% en las poblaciones en algunas áreas

Corzos corriendo en la reserva de Valsemana. RAMIRO

Corzos corriendo en la reserva de Valsemana. RAMIRO

León

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El gusano de la nariz del corzo (forma larvaria de una mosca, Cephenemyia stimulator ) se detectó por primera vez en 2001, y que ya en 2005 se registraron incrementos significativos de su incidencia en toda la Cantábrica. Actualmente, esta enfermedad que aunque no es mortal acaba por debilitar tanto al animal que termina muriendo, está implantada en todo el territorio nacional, con diferentes grados de afección de acuerdo a densidades de población del corzo o tipo de hábitat.

En León, según datos del servicio territorial de Medio Ambiente de la Junta, aunque no hay un estudio específico del alcance de la parasitosis en la provincia, los datos publicados sobre la población de corzos del noroeste peninsular daban un porcentaje del 46% de seropositivos entre las muestras analizadas procedentes de la provincia. Así mismo, las comunicaciones de los cazadores locales también señalan una alta observación de larvas en las piezas cazadas.

«No es por tanto ni una preocupación nueva ni una parasitación de reciente aparición», explican desde la Junta. Endémica en Europa, se introdujo en España con sueltas irregulares de corzos procedentes de Francia.

Muy vulnerables

Los gusanos se alojan en la cavidad nasal produciendo una dificultad respiratoria, que acaba debilitándoles

En sí, no es una afección que mate al corzo directamente. Los gusanos se alojan en la cavidad nasal produciendo una dificultad respiratoria, aunque se describen hallazgos de corzos con larvas en traquea de forma ocasional y en cavidad craneal de forma excepcional. La intensidad de la infestación (medida en número de larvas presentes en el animal), no es la misma en ejemplares jóvenes que adultos, ni en los machos y hembras, debido a su diferente comportamiento (territorialismo en los machos y dispersión de juveniles).

Lo que es evidente es que provoca una disminución de la vitalidad del animal, por la disnea y por la disminución de la ingesta, que le hace menos resistente a las condiciones del medio (nevadas, etapas de sequía), repercute en mayor dificultad para la búsqueda de alimento, y le convierte en una presa fácil para sus depredadores (lobo, zorro, gato montés).

Cambio de tendencia

Esto ha provocado una bajada espectacular de las poblaciones del corzo en áreas donde tradicionalmente era una especie abundante, especialmente las zonas boscosas de la provincia, zonas de montaña y media montaña, tasándose en algunas áreas de una merma del 80% de los ejemplares existentes antes de la aparición de esta miasis, y una colonización de terrenos donde puede defenderse mejor. En zonas donde antes no existían poblaciones o eran excepcionales como Tierra de Campos, Los Oteros, El Páramo, hay una presencia abundante. Se mantienen en tierras de cereal, praderías, maizales, amparados en manchas de bosque residual, regueros, escobales; paisajes en mosaico, donde se entremezcla matorral, prados, tierras de labor, como es la Sobarriba, son un hábitat ideal para el corzo.

Encuestas

Los cazadores locales también señalan una alta observación de larvas en las piezas cazadas

Según explican desde el servicio de Medio Ambiente, es evidente que el corzo desarrolla una cierta inmunidad frente a las larvas (disminución del número de larvas viables contabilizadas en la cavidad nasal) y una estrategia de defensa frente a las hembras de Cephenemyia cuando son acosados por estas para depositar las larvas en los ollares (reducir la actividad en horas de mayor actividad de la mosca, huida ante su presencia, desplazamiento a zonas libres de la mosca). En zonas de Europa donde la mosca convive con el corzo desde hace mucho tiempo la cefenemisosis realmente no es un problema relevante, por lo que se espera que se produzca una situación similar aquí con el paso del tiempo.

La fundación Artemisan y la Asociación del Corzo Español han firmado un convenio para el estudio de la situación del corzo en España, que pretende ser una referencia para la gestión de las poblaciones de corzo, tanto a nivel científico como cinegético con la participación de investigadores y expertos en la materia, y que se prolongará a lo largo de dos años, y que reportará una información objetiva y precisa sobre la prevalencia de la infestación por larvas de Cephenemyia.

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