Diario de León

Transición justa

Icamcyl defiende ante la UE el potencial de León en la nueva minería de materias primas

Cuesta lleva a los foros de Bruselas los proyectos para acceder a los fondos de Transición Justa y Recuperación post covid

Santiago Cuesta

Santiago Cuesta

León

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La política de transición energética de la Unión Europea y del Gobierno de España acabaron hace meses con el histórico sector de la minería del carbón en la provincia, y arrastraron el cierre de las centrales térmicas que ahora inician sus procesos de desmantelamiento y plantean proyectos inversores que comienzan a desgranarse. La desaparición del carbón abre el camino para acceder a las millonarias partidas de fondos que la UE pone sobre la mesa para hacer frente a la Transición Justa en materia energética. Ahora se suma a ellos el Fondo Europeo de Recuperación Covid. Un multimillonario presupuesto que espera el concurso de ideas y proyectos que se hagan con la financiación. Más allá, proyectos que acaparen fondos públicos a los que sumar empuje e inversión privada para crear nuevos ecosistemas económicos, marcados por la tecnología y la digitalización, capaces de reconvertir el empleo anterior y crear nuevos sectores, y dinamizadores de las comarcas atenazadas ahora por el fin de los combustibles fósiles.

En esa dinámica están volcados el Centro Internacional de Materiales Avanzados y Materias Primas (Icamcyl), y el Clúster para la Minería Sostenible de la Península Ibérica. Su director general, Santiago Cuesta, ha participado esta semana en dos de los principales foros anuales de debate que organiza la Comisión Europea, uno sobre el papel de los clúster y otro sobre transición justa. En este último ha defendido «como caso de éxito» la iniciativa puesta en marcha en León (en la zona minera autonómica, desde El Bierzo a Palencia) que busca poner en valor la riqueza mineral de la zona en materias primas críticas para la industria tecnológica a través de las nuevas herramientas de minería sostenible.

Un proyecto en el que no sólo se pretende explotar los minerales en los que es rica la zona (más allá del carbón) y que tienen gran demanda en la industria tecnológica actual; sino que busca financiación a mayores de la que tiene actualmente para la recuperación de las escombreras del carbón a través de la selección de los minerales críticos para la industria tecnológica que se desecharon en las explotaciones anteriores, a la vez que se restauran los efectos medioambientales ocasionados.

Cuesta participó esta semana en el congreso de la Comisión Europea para las Regiones Europeas del Carbón hacia una Transición Justa, concretamente desarrollando su proyecto para León en el apartado de nuevas habilidades requeridas para los trabajadores de la minería del futuro; junto con la directora general de Empleo de la Comisión Europea, Anna Nikowska, y el secretario confederal de la Confederación Europea de Sindicatos, Ludovic Voet.

«El futuro está en las renovables, la transformación laboral y una minería de materias primas estratégicas que forma parte muy importante de la estrategia de resliencia en la que está volcada la Comisión Europea, y que abre nuevas posibilidades a las cuencas leonesas y a los trabajadores de minas y térmicas».

Apoyar estas «propuestas de nueva minería en materias críticas y reconvertir a los trabajadores» es lo que procede en las cuencas leonesas, y en lo que está volcado desde su creación hace tres años Icamcyl. «Hay que educar en las labores de esta nueva minería sostenible y utilizar los fondos de la transición justa para el proceso. Evitar que se cierren empresas que operaban en el entorno del carbón, y que pueden modernizarse para generar el nuevo valor que demanda la UE, porque tienen la materia prima necesaria».

El director general de Icamcyl defiende que «el dinero de la transición justa tiene que traducirse en acelerar la transformación de la minería anterior en nuevos proyectos de inversión, porque la riqueza mineral de Castilla y León no sólo es enorme sino que cuenta con materias críticas para el desarrollo de las tecnologías de la economía verde. Y la UE dispone de muchos fondos para desarrollar estos proyectos, porque busca sobre todo autoabastecerse de materias que existen aquí (litio, cobalto, tungsteno,...) y que ahora compra en países como China, de los que depende y que además no respetan ni los criterios medioambientales ni de derechos humanos que se defienden».

«Sin litio no hay baterías de coches eléctricos, sin cobalto no hay móviles,... Todo eso está en León, y en las escombreras de las minas de carbón. Es el momento de organizarse y crear sinergias para sumar en estos proyectos y no sólo acceder a la financiación europea, sino crear las redes adecuadas para establecer los cauces de la captación de fondos público-privada».

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