La Junta aplaude que siga La Robla y pide lo mismo para Compostilla

p. i / M.R. | navatejera / LEÓN

La consejera de Economía y Hacienda de la Junta, Pilar del Olmo, valoró ayer como una «muy buena noticia» la inversión que realizará la empresa Gas Natural en La Robla para garantizar la continuidad de la central térmica más allá del 1 de julio de 2020. Reconoció que en una época de «escasa actividad minera», es importante que una compañía apueste por cumplir los límites de emisiones que exige Europa. Del Olmo recordó que la empresa está comprando «cantidades nada desdeñables» de carbón a la Hullera Vasco Leonesa, «lo que garantiza futuro», remarcó. La consejera cree que ahora es necesario aportar soluciones para la central de Compostilla. «Estamos hablando con el Ministerio, y Compostilla debería seguir el mismo ejemplo que La Robla. La filial italiana tiene que apostar por esas instalaciones. Confío en que el Gobierno central apoye y tome las medidas oportunas para que Compostilla dure más allá de 2020».

El director de Mercados Mayoristas en Gas Natural Fenosa, José Luis Gil, destacó ayer la «magnífica logística» de la central térmica de La Robla y reiteró la intención de la compañía de seguir invirtiendo en las instalaciones para garantizar el cumplimiento de la directiva de emisiones que permita a la central seguir funcionando más allá del 1 de julio de 2020.

Cumplimiento de emisiones

La central «tiene una desulfuradora, por lo que ya estamos cumpliendo los límites de emisión de SOx», señaló Gil, quien destacó los puntos a favor de su mantenimiento como que la logística de la planta. «El carbón importado, que es necesario mezclarlo con el carbón local se puede trasladar por ferrocarril desde el puerto de Gijón hasta la propia central, con lo cual se evita la circulación de camiones», detalló el directivo de Gas Natural Fenosa. Para Gil, la térmica roblana «logísticamente es muy eficiente. Tiene una mina al lado y no hay ningún problema» y avanzó que «estamos ya en procesos inversores para aminorar el óxido de nitrógeno que se produce». «Se trata de medidas primarias, reduciendo la producción y finalmente acabaremos invirtiendo para poder cumplir con los límites que nos obliga la ley», destacó José Luis Gil.

Según la compañía, «La Robla hoy emite menos óxidos de nitrógeno que hace un año. Es un proceso de inversiones continuas». Gil considera que se trata de una central «muy competitiva, está funcionando regularmente, al nivel de las primeras del país y nuestra apuesta es llevarla a ese nivel de inversiones para poder comprometer el cumplimiento de emisiones para poder seguir funcionando más allá del 1 de julio de 2020».

Respecto a la central de Anllares, Gil recordó que la decisión de su clausura ya se comunicó al Gobierno en 2013 y que se trata de una central «ineficiente y antigua». «Hemos solicitado el cierre al Ministerio de Energía y en función de que nos vayan confirmando los plazos pasaremos al cierre y desmantelamiento de la central», destacó.

Sobre el futuro de los 77 yrabajadores que integran la plantilla, el directivo aseguró que» aproximadamente un tercio de esas personas seguirá integradas en el grupo Gas Natural en centros de trabajo en función de las capacidades de cada persona». Los otros dos tercios «serán desvinculados de la empresa de una forma no traumática, con prejubilaciones o salidas pactadas».