Diario de León

León cierra un año hidrológico «anormal» con los pantanos al 24,8% de su capacidad

La campaña de riego ha finalizado con unos niveles de reservas superiores a los previstos

El pantano del Porma se encuentra actualmente al 27 por ciento de su capacidad. RAMIRO

El pantano del Porma se encuentra actualmente al 27 por ciento de su capacidad. RAMIRO

León

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El año hidrológico finaliza el próximo sábado, 30 de septiembre, con los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) al 31,7 por ciento de su capacidad total, un valor superior al de hace un año (28,9 por ciento) y ocho puntos porcentuales por debajo de la media de la década (39,6 por ciento).

En el caso de los embalses de la cuenca en la provincia de León la suma de su agua embalsada asciende a 319,2 hectómetros cúbicos, lo que supone un 24,8 por ciento de su capacidad. Villameca está al 20,6%, con 4,1 hectómetros embalsados, Barrios de Luna, al 19,1 por ciento con 58,8 hectómetros cúbicos, el Porma al 27% con 170,6 hectómetros, mientas que Riaño, al 26,6% tiene almacenados 170,6 hectómetos cúbicos.

Para el presidente de la Ferduero (Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Duero), Ángel González-Quintanilla, el año hidrológico «anormal» y en algunos momentos «complicado», ya que la comenzó en mayo «arrastrando» una sequía muy intensa, que «obligó a emplear mucha más agua de lo normal para garantizar el crecimiento del maíz sembrado». Antes del verano la situación mejoró con «esas lluvias intermitentes que nos permitieron ahorrar algunos riegos». El resto de la campaña se ha desarrollado , según Quintanilla, «bien aunque con un cierto miedo a que no llegara el agua hasta el final», algo que finalmente no ha sucedido ya que incluso se han superado las previsiones iniciales. «En el caso de Los Barrios de Luna la previsión era dejar unos 30 hectómetros al acabar la campaña y hemos dejado más de 58, casi un 20% ciento más, aunque aún falta por regar la remolacha en la que se emplearán cerca de 8 hectómetros hasta después del Pilar», matiza.

La cuenca del Duero ha sufrido de nuevo un año seco, de forma generalizada, si bien con efectos desiguales en cada uno de los sistemas. Este año la climatología ha sido muy variable ya que se han registrado mínimos históricos en cuanto a aportaciones a la mayoría de los embalses de la cuenca en los meses de abril y mayo, en especial, en los sistemas Pisuerga y Arlanzón que, junto al Águeda, no han alcanzado el 80 por ciento de las aportaciones medias en el primer semestre del año.

La presidenta de la CHD, María Jesús Lafuente, apuntó ayer que las expectativas existentes en los primeros meses de campaña auguraban un escenario «complejo» para su desarrollo. Sin embargo, precisó que la climatología de los meses de junio y septiembre, con una «drástica» reducción de la demanda de agua de los regadíos, ha permitido llegar a 30 de septiembre con unos niveles de reservas en los embalses superiores a los previstos, facilitando así el desarrollo de la campaña de riego, aunque no pudiendo evitar la aplicación y permanencia de limitaciones extendidas durante toda la campaña en el sistema Pisuerga – Bajo Duero.

Salvo las limitaciones en este sistema, la campaña de riego se ha desarrollado en la cuenca, según Lafuente, de forma «satisfactoria» y «sin graves trastornos». En este sentido, manifestó que todos los sistemas de explotación cumplirán con los volúmenes de embalse que se habían fijado como mínimos para el final del año hidrológico por la Comisión de Desembalse.

Además, la climatología favorable del final del verano, con las copiosas lluvias, no ha significado un aumento de las reservas en los embalses, como es de esperar en esta época del año. Eso sí, ha supuesto una reducción «drástica» de las necesidades de aportación desde los pantanos.

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