Más de quince años de cruces de denuncias en el cielo abierto

El cielo abierto del Feixolín comenzó a explotarse en 1995, y un año después el empresario Antonio Tronco Arias, a través de Narsil, inició una serie de denuncias contra la mina que parecen estar lejos de tener fin. Sólo las diferencias sobre la restauración de la corta han llegado incluso hasta el Parlamento Europeo. Pendiente de los recursos queda ahora también la sentencia que fija una nueva multa contra la empresa de Victorino Alonso por irregularidades que el empresario insiste en que no ha cometido.

A mediados del 2007 el enfrentamiento entre Tronco y Alonso llevó incluso al empresario minero a presentar una denuncia por «diez años de extorsión», en la que aseguraba que Antonio Arias compró un año después de inicarse la explotación del cielo abierto una finca dentro del terreno afectado por la mina; y que infló reiteradamente el precio que pedía al minero por comprarla. Diferencias que, según Alonso, originaron una serie de denuncias que, 16 años después, siguen ocupando en sus distintos frentes a varias instancias judiciales.