El molino del insigne Juan de Mansilla

El año 1522 se citan distintas casas ubicadas en esta calle, mientras que a finales del mismo siglo XVI surge en la pequeña historia de nuestra arteria un personaje de tanta relevancia en la vida local como Juan de Mansilla. En 1598 afirma, por escrito, ser el dueño de un molino que llamaban de la Torre y estaba en la calle de la Fuente. Y en su testamento, fechado el 28 de septiembre de 1629 y recogido por don Conrado Blanco, aparecen referencias documentales a la vía. Escritura de 1631 El Padre Albano ha localizado una escritura del día 8 de julio del año 1631, por la que el cura de Nuestra Señora, don Juan Martínez y Ponce de León y el Mayordomo, Pedro de Ureña, «arriendan por dos años los molinos de la iglesia que está en la zaya de los Herraces, que los dichos molinos se llaman de la Torre, que quedaron de Juan de Mansilla». Asimismo, otro documento del año 1690 se refiere al clérigo Gerónimo del Pozo, «que tiene unas casas en la calle de la Fuente que lindan con la puerta de la villa». Las diligencias y los impuestos Al final de la calle y todavía en el año 1821 existía un arco en la muralla que era puerta de entrada a La Bañeza. Y según la costumbre de la época, lugar de cobro de impuestos y alcabalas. También se asentaba aquí la vieja administración de Diligencias, edificio donde recalaban a eso de las doce de la mañana, si no ocurría alguno de los habituales percances e imprevistos, los carruajes procedentes de León, Astorga, Benavente y Veguellina. El enclave, lógicamente, se llenaba de viajeros y curiosos, convirtiéndose en uno de los mentideros más castizos y animados de la ciudad. En fin, nuestro espacio concluye por el día de hoy, así que en la próxima entrega les seguiremos contando cosas a propósito de la emblemática calle que nos ocupa.