El presidente del Casino de Villablino vendió a González una finca sin saber si era del club
Destaca que le dijeron que estaba registrada, pero admite que nunca vio ningún documento
Imagen del polígono en el que se encuentran las fincas objeto de la polémica. MARCIANO PÉREZ
La trama de presuntas inmatriculaciones por parte del alcalde de Villablino y su familia comienza a aclararse. Jonathan González Álvarez, cuñado de Mario Rivas, declaró el pasado viernes en el juzgado como parte de las diligencias previas de una de las denuncias interpuestas por el representante de los propietarios del club de tiro que aseguran que éste y Rubén Rivas tratan, presuntamente, de quedarse con las parcelas de su propiedad. Una de las fincas en liza es la 2.415, que Jonathan González asegura haber adquirido al Casino de Laciana por 3.000 euros. En el caso de esta parcela hay varias irregularidades. Una de ellas es la venta de la citada propiedad, que se realizó a través de un documento privado el 28 de abril de 2020, en pleno confinamiento por la covid.
El también guardia civil habría infringido, presuntamente, las disposiciones del estado de alarma, puesto que no solo estaban terminantemente prohibidas las salidas domiciliarias para actos no esenciales, sino que la vivienda de Francisco Álvarez Valdés se encuentra en otro municipio, Cabrillanes. Según este, presidente del Casino de Villablino, Jonathan González se desplazó hasta su vivienda para realizar la adquisición a la institución lacianiega a cambio de 3.000 euros. Sin embargo, y según ha asegurado el propio Álvarez Valdés, él nunca vio ningún documento que acreditara que la finca pertenecía al Casino.
El denunciante y máximo propietario de las parcelas del club de tiro, Honesto García, ha asegurado que el Casino de Laciana no puede tener ninguna escritura más allá de un documento de compromiso. «En los años ochenta Francisco González-Fierro quiso adquirir las fincas y dárselas al Casino para que la asociación las gestionara y creara en los terrenos piscinas, un club de tiro, etc. Sin embargo, el casino no se quiso hacer cargo de la gestión», destaca al tiempo que añade que fue poco después cuando un grupo de vecinos adquirió las fincas. Francisco Álvarez Valdés ha declarado por su parte no saber nada. «Lo único que sé es que esa finca estaba registrada a nombre del Casino», dice, si bien inmediatamente después admite desconocer si ese documento «está o no está». «Habría que mirar en los archivos del Casino, pero no lo sé», dice. Preguntado acerca de si fue el propio Jonathan González el que le informó de que la parcela pertenecía al Casino, asegura que le escribieron una carta diciéndole que la finca estaba inmatriculada a nombre de la sociedad Casino de Laciana. «Yo no sé si vi el documento porque no lo miré en los documentos ni en las actas».