Diario de León

MUNICIPIOS ■ DESPUÉS DEL INCENDIO

La Universidad de León aplicará satélites en la recuperación de La Cabrera

La investigación se completa con trabajo de campo para mejorar la gestión de los incendios

La investigadora Leonor Calvo observa un mapa de la zona quemada de La Cabrera. A. VALENCIA

La investigadora Leonor Calvo observa un mapa de la zona quemada de La Cabrera. A. VALENCIA

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A.G. VALENCIA | LEÓN
León

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Aportar soluciones, analizar la severidad tras los incendios cada vez más virulentos y diseñar herramientas tecnológicas eficaces y de fácil aplicación forestal previa y posterior a los incendios, con el objetivo de reducir el riesgo, mitigar el impacto del fuego y recuperar las zonas quemadas son las líneas maestras del proyecto Sefirecyl, que integra la experiencia multidisciplinar de la Unidad de Investigación Consolidada ‘Ecología Aplicada y Teledetección’ (Geat) de la Universidad de León, un equipo que dirige Leonor Calvo y que trabaja en La Cabrera para estudiar su recuperación y tratar de hacer extrapolables los resultados para atajar con más mecanismos sucesos similares que puedan ocurrir en el futuro.

Explica Leonor que este proyecto de la Junta estará operativo hasta 2019 y trata de analizar los factores que condicionan que en un incendio haya más o menos severidad. De hecho, analizará de forma concreta por qué dentro de todo el perímetro de la zona quemada de la comarca leonesa hay zonas más o menos afectadas. Para ello, la investigación aplicará tres satélites, Landsat, Deimos II y Sentinel, que captarán imágenes con distinta resolución espacial y espectral. No obstante, también se realiza trabajo de campo para completar los datos.

Al mismo tiempo, subraya la directora, el proyecto evaluará la eficiencia de las medidas de restauración que la propia consejería de Fomento y Medio Ambiente está llevando a cabo en la zona, con el objetivo de chequear su eficacia tras el siniestro.

El estudio de la severidad, que puede ser baja, moderada o alta, implica conocer la incidencia directa del fuego, tanto en la vegetación como en el suelo. «A más severidad más lenta es la recuperación», reconoce Calvo, quien insiste en que puede haber zonas donde la vegetación esté muy afectada y no el suelo o viceversa. Asegura que un buen indicador y muy relacionado con la severidad en el suelo es el estado del brezo rojo tras el paso de las llamas. Si las ramas que se mantienen presentan un diámetro más gordo la severidad será más alta. Resulta lógico, el fuego tiene que ser más virulento para acabar con ellas. Las que primero se queman son las más finas.

Leonor Calvo, que también ha estudiado la recuperación del Teleno tras el incendio de Tabuyo en 2012, explica que en este caso hubo más terreno con severidad alta en comparación con La Cabrera, sin embargo en esta comarca juega un papel muy negativo la pendiente de algunas zonas porque todos los materiales se arrastran, agravándose aún más con las fuertes lluvias que se registraron en los días posteriores al siniestro. Pese a todo, cree que la vegetación existente está adaptada a regenerarse y «es más fácil que rebrote».

El equipo tiene como objetivo a corto plazo poder utilizar drones en futuros incendios. El reto es emplearlos inmediatamente después de que pase el fuego y dotarlos con una cámara multiespectral para tratar de conocer, a través de imágenes con mucha resolución, la severidad en el suelo.

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