Diario de León

Escalada al paraíso

Han cruzado las fronteras 24 veces en busca de nuevos retos alpinos. Han coronado cimas en tres continentes, escalado cumbres de Argentina, Perú, Bolivia, Alaska, Chile, Canadá, África, tocado el cielo en las Rocosas, el Alto Atlas, el Yukón, el Mckinley. Ahora, han puesto su mirada sobre los Dolomitas. Esta es la aventura de Javier Fernández López con Carlos Rodríguez y Óscar Díez Higuera contada por ellos.

Publicado por
Javier Fernández López
León

Creado:

Actualizado:

La naturaleza sembró maravillas en los Alpes y una de sus estrellas más resplandecientes es sin duda Los Dolomitas, formada por 13 macizos, unas cuatro veces los Picos de Europa.

El Campanile es la joya de esta selva rocosa, es la Guglia di Brenta, la Aguja de Brenta, que se alza como un monolito de línea estilizada e imponente altura.

El 10 de agosto de 1897, el avezado escalador de Trento Carlo Barbari con dos guías, A. Tavernario y Nino Pooli, realizan la primera tentativa seria. Pooli superó la lisa pared quedándose a 15 metros de la cumbre, al alcance de la mano. Debido a un voladizo que no fueron capaces de superar, finalmente la cordada se retira.

El 16 de agosto de 1899 salieron de Molveno los estudiantes de Innsbruck Otto Ampferer y Karl Berger. Después de toparse con el mismo problema, estudian más detenidamente la pared y el 18 de agosto encuentran un pequeño balcón a un lado, por el cual acceden limpiamente a la cima.

Es el verano del 2020, en esta expedición contamos con Carlos Rodríguez, muy inquieto por conocer los Alpes italianos. Ya en Madonna di Campiglio entramos en contacto con la casa de guías y contratamos a Andrea, el ratio es de un guía –dos clientes, cobrando 545 euros por el servicio.

El acceso lo iniciamos en bicicleta eléctrica cuatro kilómetros hasta el aparcamiento de Vallesinella, a 1.513 metros de altitud. Tomamos la ruta 317, alcanzando el refugio de Casinei, a 1.825 metros, siguiendo la señalizaciones. El recorrido no tiene desperdicio alguno, la pared del Corazón di Brenta nos deja absortos. Las orientaciones son muy claras en todas las cadenas de los Alpes. Nos situamos en Brentei, saliendo en dos horas por una morrena y un pequeño tramo de rocas con una ferrata, avanzamos por un campo de nieve llamado Bocheta di Brenta, girando por el otro lado descenderemos unos minutos y ya divisamos Pedroti, 2.491 metros, donde pasamos la noche.

Impresionante ubicación del refugio de Pedroti.

Amanece un día espléndido. Andrea ya llegó y remontamos el collado efectuando una pequeña travesía ferrata girando gradualmente por la derecha hasta la base de la vía, donde se aprecia toda la pared sur del Campanile. Ajustamos el equipo y Andrea abre el itinerario, primer disparo en terminología italiana.

Al pie de la vía con el guía Andrea

Primer paso: Abordamos las gradas de roca que conducen hacia la chimenea oblicua a la derecha, manteniéndose primero hacia la izquierda, luego doblamos a la derecha entrando por la chimenea, llegando a una cómoda terraza en la base del amarillo muro de Pooli, hacemos reunión. III+

2º: Subimos verticalmente el muro IV+ hasta un saliente, seguimos ascendiendo 5 metros doblando a la derecha con rocas más fáciles, trepando por un balcón ubicado en la esquina entre los muros sur y este, nos detenemos en la galería. Encontramos algunos clavos.

3º: Doblamos la esquina a la derecha y subimos en vertical hasta una cómoda repisa, seguimos a la derecha 10 minutos hasta la siguiente reunión.

4º: Ascendemos oblicuamente a la derecha, sin camino definido, superamos fáciles resaltes de roca y salientes superpuestos, rodeando y llegando al norte paramos en un amplio saliente.

5º: Seguimos recto por la pared unos 25m hasta la base de dos chimeneas divergentes, las famosas chimeneas en forma de Y, donde nos detenemos.6º: Subimos por la chimenea de la izquierda. Un poco estrecha (IV), después de 20 metros la chimenea termina y hay un anillo. Sin embargo, continuamos más adelante, en diagonal a la izquierda, con rocas de poco grado. Unos 25 metros más adelante alcanzamos un gran saliente detrítico, aquí cerca de la esquina hay una parte sencilla,este gran saliente se llama ‘Stradone Provinciale’ (carretera provincial), que atraviesa todo el muro norte del Campanille Basso, que es Seguimos por la ‘carretera provincial’ a la derecha, hasta doblar la esquina noroeste, paso muy aéreo, encontrando un surco que sube por la torre hacia la cima, un diedro inclinado muy acogedor donde hacemos reunión.

Un paso de la impresionante escalada.

8º: Continuamos la ascensión por el diedro-chimenea con interesantes pasajes, al poco llegamos a un pequeño púlpito, debajo de una gran terraza llamada Albergo al Sole (IV).

9º: Subimos por la pared de la izquierda hacia la esquina noreste hasta llegar a una galería muy pequeña ubicada justo en el borde, llamada ‘Terraza del Rey de Bélgica’ donde nos reunimos (IV).

10º: Desde la terraza giramos a la izquierda detrás de la esquina, bien señalizada,y pasamos en máxima exposición a la cara norte muy vertical, esta es la famosa Cara Ampferer, que cae desde la cima. Después de haber doblado la esquina, cruzamos 3 o 4 metros hacia la izquierda (III y un pitón) hay un saliente muy pequeño justo para los dedos de los pies, siguiéndolo unos metros hasta que se ensancha (10 metros III).

11º: Subimos verticalmente por las desafiantes rocas con muescas que cruzan un voladizo (unos metros V— con varios pitones) y llegamos a un pequeño nicho, siguiendo un poco a la izquierda alcanzamos un diedro (ahora más accesible) que sigue hasta la reunión (40m IV+ y pasos de V—, 5 o 6 clavos). Desde la última reunión, rocas con poco grado, 10 metros, se llega hasta la campana de la cumbre.

Estamos en la cima, la alegría se desborda, nos encontramos en sintonía mimética con el entorno, somos seres diminutos inmersos en un océano de rocas dolomíticas. Pero, hasta que no regresemos al refugio pertenecemos a la montaña. Queda el descenso, son siete rappel de unos 40 metros cada uno. El desnivel corta la respiración, se aprecian los 500 metros de caída.

Javier Fernández López y Óscar Díez Higuera en la cima.

Bolzano

Continuamos nuestro raid alpino y nos desplazamos a la capital del Tirol italiano, Bolzano. Sus calles peatonales, sus terrazas, su Plaza Mayor, la morfología de la ciudad, pero la visita obligatoria es al museo del Tirol del sur, donde se encuentra Ötzi, el hombre de los hielos.

Fue en septiembre de 1991, con un verano más caluroso de lo normal en Alpes austriacos, cuando una pareja de montañeros alemanes Helmut y Erika Simon realizaban el descenso del Finialspitze por una ruta atípica y descubren una mancha marrón que sobresalía del aguanieve del glaciar. Son la cabeza y hombros de un cadáver. Al estar en lado italiano de la frontera, la momia fue trasladada a Bolzano, donde permanece hasta la fecha. Según los análisis del carbono 14 y de Zúrich y Oxford, la fecha de su muerte data de 3.300-3.200 a C. o sea, llevaba 5.000 años sepultado en los hielos. Volvía de cazar y fue asesinado.

Torres del Lavaredo

Cortina d’Ampezzo, también conocida como ‘La perla de las Dolomitas’, famosa localidad que en 1956 fue sede de las olimpiadas de invierno y por ser la tierra natal de Lino Lacedelli, que el 31 de julio de 1954 se convirtió en el primer hombre en hacer cima en la segunda montaña más alta del planeta, el K2. Tras una visita fugaz, continuamos la ruta hasta el lago Misurina, enclave con una belleza incomparable que nos permite el acceso al refugio de Auronzo, donde a los pocos kilómetros divisamos las Torres del Lavaredo, impresionantes moles pétreas y todo un icono de identidad en Dolomitas.

Finalizamos una expedición más por los Alpes y también destacamos sus alojamientos. Empezando por los refugios, con menú a elegir e instalaciones acogedoras. Cada vez tenemos menos cámping y más hoteles y apartamentos, por ser verano sus precios no eran excesivamente elevados. Su gastronomía se sitúa ya en todos los continentes y tanto en invierno con el esquí como en verano con el turismo y la montaña son lugares llenos de vida, joyas paisajísticas. La verticalidad de sus torres, el acceso a las vías ferratas, sus bosques y lagos lo hacen uno de los rincones más increíbles del planeta.

Guión: Javier Fernández López (miembro de la sección de montaña de la Casa de Asturias) Fotografía: Óscar Díez Higuera (miembro del Club Fuentes Carrionas

tracking