Diario de León

UN RESTAURANTE EN BUSCA DE ESTRELLAS

El Gémina, del hotel Trip León, presenta una sobresaliente oferta gastronómica

CUEVAS

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MARCELINO CUEVAS | texto
León

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|||| Los hoteles se proyectan y se construyen con la idea de que sus clientes vivan en ellos momentos especiales. Sus instalaciones se convierten durante algunas jornadas en el hogar de cada uno de sus visitantes y estos deben encontrarse a gusto, para ello se desvelan todos los componentes del equipo que los mantiene vivos, desde quienes preparan las habitaciones, hasta los que elaboran con mino los desayunos o las comidas. El Hotel Trip León, una de las últimas incorporaciones a la bien nutrida lista de la hostelería leonesa, está proyectado con esa idea, con una decoración elegantemente sobria en la que priman la comodidad y la luz, una gran equipación técnica y un seleccionado grupo de profesionales dirigido por una mujer, Lola Jiménez Garrido que desde su tierra natal de Granada ha llegado a León después de una larga carrera en grandes hoteles de Madrid, Barcelona y Mallorca. Lola Jiménez nos explica que «Unas de las secciones del hotel a las que más atención dedicamos son el restaurante y la cafetería, para ellos contamos con unas instalaciones técnicas de gran altura, un estupendo equipo de cocina dirigido por el asturiano Antonio Pérez y un jefe de comedor de larga trayectoria profesional, como es Ángel Gómez. Con estos ingredientes estamos funcionando con gran aceptación del público leonés y también de los clientes del hotel. Por cierto que el restaurante se llama Gémina, en honor a la ciudad». El viaje a las cocinas del Trip León es una auténtica aventura, un safari culinario, en la que nos encontramos con tres cuartos de frío para la manipulación por separado de pescados, carnes y confitería, más de media docena de amplísimos frigoríficos, un cuarto para la espera de los platos preparados para los grandes banquetes, otro espacio destinado a un tren de lavado, la cocina propiamente dicha... en fin, todo un mundo en el que Antonio Pérez está en un salsa, nunca mejor dicho. «Sí, estas instalaciones están en el mejor nivel internacional, estamos preparados para servir en las mejores condiciones banquetes de más de 200 comensales y también para atender de una forma casi particular a cada uno de los clientes que nos visitan cada día, queremos hacer una cocina personal y personalizada». Antonio comenzó su carrera en Asturias, para trabajar después restaurantes de Zaragoza, Huelva y Marbella, desde donde dio el salto internacional para conocer la mejor cocina de Irlanda y Argentina. A su regreso a España ha dado clases de cocina, durante cuatro años, en la Escuela de Hostelería de Oviedo. «Mi especialidad, por algo soy de Gijón, son los pescados y los mariscos, aunque también me gusta cocinar las carnes y me entusiasma el mundo de los dulces, soy un enamorado y un estudioso de mi profesión». Sorpresa para los clientes El restaurante del Trip León, el Gémina, lleva funcionando alrededor de un año y ya ha tenido tres cartas distintas, «Nos gusta -explica Antonio- sorprender a nuestros clientes con novedades». En la actual destacan como entrantes los Fondos de alcachofa rellenos de gambas y champiñones, el Carpaccio de piña y salmón ahumado con printanier de alcaparras, una de las creaciones más celebradas del cocinero y el Fardelito de pasta brick relleno de marisco; además de un apartado dedicado en exclusiva a los arroces, Arroz negro con chipirones, Arroz caldoso con pollo, gambas y jamón, Arroz hortelano y Arroz con bogavante, otro de los platos estrella de la casa. En pescados destaca la original de su elección, Delicias de jurel al gratén, Lomo de rodaballo al horno relleno de cecina, un guiño a los productos leoneses, Lomitos de merluza relleno de gambas al ajillo en salsa de chipirones, Filetes de caballa rellenos de verduras al hojaldre y Bogavante al whisky con arroz, un plato que llega directamente de la cocina irlandesa. En carnes, Bocaditos de ternera rellenos de queso brie, Conejo deshuesado relleno de ratatouille de verduras y coulis de pimiento rojo y Pechuga de ave Bristol con salsa cumberland. Y también los inevitables entrecotte y solomillo, al roquefort, la pimienta verde o a la cazadora. Los postres son la debilidad de Antonio y en ellos pone , si cabe, un poco más de cariño. Ofrecen, Tocinillo de cielo con salsa de turrón, Bomba Alhambra envuelta en pañuelo de chocolate, Semifrío de avellana y Profiteroles de crema y chocolate con crema inglesa. Y lo mejor son los precios que para un establecimiento de esta categoría están realmente ajustados. Se puede comer maravillosamente por sólo 20 euros, incluso menos. Solamente algunos platos como el Bogavante al whisky con arroz o el solomillo, elevan un poco el precio para alcanzar unos comedidos 13 euros y 14 euros. Además el Gémina tiene un menú del día por 15 euros con tres primeros, tres segundos y tres postres, vino de crianza y café, en el que se puede comer, por ejemplo, Ensalada templada de gulas y salmón a la vinagreta de tomate, Jabalí guisado con patatas y Soufflé helado de crema de whisky. Y en la cafetería hay otro menú para aquellos que tienen prisa por solamente 9 euros. Una amplia bodega completa la oferta de este restaurante que está destinado a ser una de las referencias gastronómicas de la ciudad.

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