Diario de León

Un monumento con historia

Lo que queda de aquel esplendor

El Palacio de los Allende fue una de las construcciones con más poderío de la provincia. Desde que las llamas lo devoraron y sus restos tuvieron que ser desmontados coincidiendo con el desalojo de Riaño y alrededores para albergar el pantano, su reconstrucción ha sido un compromiso histórico que ahora parece volver a retomarse. De momento, sigue siendo un puzle de piedras sin cuadrar

El palacio de los Allende fue un edificio señorial de piedra con arquerías que era la admiración de todos los que se acercaban a la villa montañesa de Burón.

El palacio de los Allende fue un edificio señorial de piedra con arquerías que era la admiración de todos los que se acercaban a la villa montañesa de Burón.

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En pleno valle, al sur de la carretera de acceso a Burón, poco más allá del cementerio y frente a un vasto graderío. Justo ahí, en un enclave privilegiado, estaba el impresionante palacio de los Allende. En su día fue, posiblemente, una de las muestras arquitectónicas con más poderío de la provincia. Hoy sólo quedan algunas piedras repartidas en un prado que ni siquiera es el de su antigua ubicación. Restos del antiguo esplendor de un palacio que tiene mucho que contar.

Fue Tomás de Allende y Alonso, descendiente de la villa de Burón, el protagonista de esta historia. Él fue un exponente de prosperidad, de aquella gente que dejaba el pueblo para buscar una vida mejor en un lugar en el que hacer algo de dinero. Fue así como emigró, casi con las maderas puestas, a Bilbao y después a Madrid. Fue industrial, banquero, político y filántropo. Por tesón, matrimonio y buen hacer, llegó a diputado en las Cortes, ademas de poseer varias empresas dedicadas a la industria del carbón. Siempre que pudo, intentó mejorar la vida de sus paisanos y así elevó, por ejemplo, las magníficas escuelas públicas.

Según cuentan, nunca dejó de visitar su pueblo natal, en el valle de Riaño y allí disfrutó, en la casa solariega que se construyó en 1917 para pasar los veranos, hasta su muerte, en 1935. Después, fueron sus descendientes quienes no dejaron de visitarla, hasta 1973, cuando un incendio devastador acabó con las cubiertas y las estructuras de madera. Ahí comenzó su declive. Las llamas sólo dejaron los muros pétreos, que fueron desmontados entre julio y septiembre de 1990. Aquel desmontaje fue especialmente delicado. En aquellos años, la comarca de Riaño sufría el terrible desalojo que obedecía a la llegada del pantano. Momentos delicados en un lugar soliviantado por la llegada de una infraestructura que arrasó, literalmente, con la zona. Desalojos vergonzantes que fueron noticia de primera plana por su crueldad.

Con la llegada del buen tiempo, las hierbas anegan los restos. JESÚS

Estado actual de lo que queda del palacio de los Allende. JESÚS

La intención inicial

Fue entonces cuando se decidió «salvar» la edificación y se hizo acopio de aquellos restos que dejó el incendio en una parcela con la intención de reconstruir el Palacio de los Allende en un corto plazo de tiempo .

De aquello hace ya 30 años en los que han sido varias las promesas incumplidas de reconstrucción de este edificio señorial de piedra con arquerías que era la admiración de todos los que se acercaban a esta villa montañesa.

La Junta de Castilla y León parece volver a retomar el asunto de la reconstrucción y ha anunciado el rescate de este palacio dentro del llamado Programa de Infraestructuras Turísticas en Espacios Naturales que contempla un total de 43 actuaciones en la Comunidad y que está dotado con 26 millones de euros, si bien ninguno de estos proyectos cuenta con partidas concretas. El objetivo es dar un empujón turístico a algunas de las zonas de la Comunidad con mucho potencial pero bastante olvidadas por la administración desde hace mucho, como es el caso de Burón. Se trata de un enclave de los más bellos del parque regional. Según se desprende del reciente anuncio de la Consejería de Fomento, la nueva edificación se ubicaría justo frente a la original, en un punto en el que se toma plena conciencia de estar rodeado de las impresionantes vistas que ofrece la montaña de Riaño y Mampodre, continuidad de Picos de Europa.

Para la construcción del edificio se utilizará piedra caliza de la zona y madera. El proyecto contempla recuperar la cantería original de la casa para la construcción de las torres y de la crujía central. Estos elementos se combinarán con aislantes naturales para aumentar el nivel de eficiencia energética.

En el pueblo de Burón son escépticos con las intenciones de la administración aunque es cierto que nunca se pierde la esperanza pese a los años de promesas infructuosas.

Algunas promesas

Se habló en 2009 de que la casona, de clara influencia indiana importada en su día por los nuevos ricos asturianos, albergaría un Parador Nacional. Un aspecto que fue desmentido poco después para continuar a la espera de algún proyecto viable. Con anterioridad, se intentó reconstruirse como sede de un centro de visitantes que nunca se llegó a levantar.

Además, el palacio de los Allende ha estado en varias ocasiones incluido en los distintos programas de desarrollo de Picos de Europa. En 2005, la administración autonómica ya recogió la ansiada reconstrucción y hasta se habló de los tres millones de euros que supondría acometer las obras. Pero nada. Y la llegada de la crisis económica tampoco ayudó, pues fueron muchas las partidas que se recortaron y también numerosas las actuaciones previstas que tuvieron que ser congeladas por falta de presupuesto.

Y así, ha ido pasando el tiempo y los restos se han ido deteriorando por el discurrir del mismo. Parece que aún así el estado de las piedras no es malo, aunque con la llegada del buen tiempo, la maleza trepa por los restos y los tiñe de verde. Verde esperanza. Una esperanza, la de el regreso a la vida de la casona de los Allende, que aún se espera por allí.

Su deterioro, como algunas otras piezas del patrimonio leonés, ha llevado a la provincia a ingresar en la lista roja que elabora la Asociación Hispania Roja y que saca los colores a las administraciones por su falta de compromiso con el buen mantenimiento de algunas infraestructuras y edificios emblemáticos.

Hace dos años, el Palacio de los Allende entre otros hacía que León apareciese en esta lista de la vergüenza y convertía a la provincia en la que tenía el mayor número de edificios históricos en peligro—un total de 42— de toda la Comunidad.

Y es que el pantano de Riaño no acabó con el famoso palacio pero lo cierto es que sus piedras, numeradas, continúan esparcidas y algunas han desaparecido. La idea del Parador Nacional surgió como posible compensación para una comarca cuyo embalse sepultó el antiguo Parador de Riaño, que fue durante años el emblema de Picos de Europa.

El Palacio de los Allende sigue a la espera de convertirse en un nuevo revulsivo turístico para la provincia.

El pueblo de Burón, que alberga lo que queda de la antigua casona indiana, ofrece al visitante unas vistas espectaculares por su ubicación privilegiada. JESÚS F. SALVADORES

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