Diario de León

Todo por Los Pasos, pero sin los pasos

La Semana Santa que hoy concluye se cierra con un notable éxito en las procesiones y la sensación de que el modelo de El Encuentro bien pudiera replantearse después de que la nueva versión quedara muy descafeinada en la escenificación y en la respuesta del público

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León

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Sin León no hubiera España. Y sin Semana Santa no hubiera León. La fiesta más grande de la capital ha crecido, espoleada por la espera ya tópica, y por encima de San Juan y de San Froilán, se ratifica como el acontecimiento del año con diferencia. Es el momento de León.

Como tal hay que cuidarlo. Y en este escenario, la conclusión que emana las 37 procesiones programadas es que el turismo y la economía local necesitan una celebración de La Pasión fortalecida. Más subjetiva es la vertiente religiosa. Cada cual elige y procesa su confesión a su albedrío.

En ese escenario, el momento culmen se coloca en el foco. El Encuentro sugiere la necesidad de replantear la conveniencia de su formato renovado. O al menos volver a estudiarlo. Mejora en parte los horarios (los de los primeros pasos, porque el último se recogió a las 15.25 horas), confiere al desayuno un carácter más familiar y cercano y ofrece una panorámica diferente con la configuración de las sillas mirando al centro, muy al estilo de la carrera que estila en la zona de Andalucía.

Pero procesiones con dos pasos en el centro de la plaza del lugar, ya hay muchas en todo el país. Los trece pasos conferían a El Encuentro un sello propio. Ahí radicó buena parte del argumentario para la Declaración de Interés Turístico Internacional que ostenta. ¿Se concedería hoy de nuevo con este mismo modelo de celebración?

Cuestión para el debate interno es también la ausencia de la talla titular en el acto estrella de la cofradía y de la Semana Santa. Después de tanto trabajo durante todo un año para fomentar la procesión de Los Pasos, solo hay dos pasos en el instante supremo. Si el argumento era la necesidad de preservar la seguridad, apenas quince horas antes La Despedida del Gran Poder había reunido cinco pasos a la vez en el mismo escenario y no hubo problemas de ninguna índole.

La respuesta de público fue inferior a la de 2019. No se llenó la plaza Mayor, ni siquiera en las balconadas. Hubo muchos huecos junto a los soportales. Pero cierto es que también los hubo en las varas de puja. En lo uno y en lo otro, no sería justo dejar de lado el temor a los contagios.

Con todos estos aditamentos, cobra vigor la propuesta de dos significados hermanos de JHS, Pablo San José y Luis Nogal, que en el apartado de ruegos y preguntas de la última Junta General presentaron sendas propuestas para que se plantee una Junta General Extraordinaria en la que se convenga la idoneidad o no de retornar al modelo anterior.

La procesión en sí fue un catálogo de sensaciones. Para los anales de la historia debería de pasar la soberbia interpretación de la Agrupación Musical de la cofradía para Nuestro Padre Jesús Nazareno. Ligó La Dolorosa y Orando al Cielo , las marchas que acompañaban el momento justo de El Encuentro y la enlazó con Alma de Dios , una pieza que invita a bailar el paso y que tiene mucho éxito entre el público. Hubo lágrimas.

Un espectador se desmayó en Santa Nonia. Pronto fue reanimado. Ojalá lo sea El Encuentro también.

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