Aún queda tanto por resucitar...

A l paraíso se entra hoy frente la puerta de la Catedral. Desde las bocamangas de terciopelo morado, la Real Hermandad de Jesús Divino Obrero edita el principio y el fin. Es el arranque de la del año que viene, que pone el Viernes de Dolores en fecha de 3 de abril de 2020. Es el fin de la de este año, a la que los cielos (climatológicos, no cristianos) le robaron dos días.

Resucita hoy el Cristo que da nombre al paso y sentido a la hermandad. Se coloca frente a María y a los primeros predicamentos del sermón, la madre de Dios cambia el luto por el manto blanco. Lo hace el hermano que más orgullo siente este día de lucir en el pecho el emblema del barrio del Egido.

Capillos arriba. La Pascua se hace presente desde las 10.00 de la mañana y el resto de la procesión, a cara descubierta y en compañía de los hermanos de Las Siete Palabras, es un canto al triunfo de la vida sobre la muerte.

A partir de mañana será hora de pasar de la palabra a la obra. Que pide su turno el Museo de la Semana Santa y el cierre de su edificación, sí. Pero también la lucha por hacer que los emigrantes tengan mejores condiciones de vida en León y que el Viejo Reino deje de generar emigrantes jóvenes. Que puede que las cofradías de España entera manden a sus representantes a los pies de la Catedral en otoño del año próximo, por supuesto. Pero más placentera sería la visita si encontraran para entonces una tierra próspera en industria y riqueza. Que hay en ciernes proyectos de muchos fuste de cofradías y también alguna que otra maquinación con fines de doble rasero. Quedan tantas cosas por resucitar...

Entre tanto, esta primavera traidora se dedicará desde hoy a cubrir de sol cegador (seguro) los campos que ya recibieron el agua de mayo cuando sólo era abril. A partir de mañana se empieza a vivir la mitad de la vida. A partir de mañana se empieza a morir la mitad de la muerte. Jesús es Cristo y ya probó con Lázaro que el experimento funciona. Todo es cuestión de que esta tierra también crea en la resurrección. Es cuestión de fe. Y de algo más también. Viene un momento propicio para ello. Es dentro de siete días y el calendario cristiano lo hace coincidir con el ‘Domingo in Albis.’